El mercadillo de Tebas y los papiros médicos

Conocemos el avance en medicina en el antiguo Egipto gracias a catorce papiros médicos del tiempo de los faraones.

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Cuando vamos a un mercadillo es posible que pensemos en la posibilidad de encontrar alguna pieza de valor entre los puestos, piezas que nos recuerden nuestra niñez, cosas de segunda mano a las que aún se las pueda dar utilidad… y quizá en nuestro fuero interno pensemos encontrar algo realmente de gran valor, aunque no tiene que ser un valor económico, pero resulta difícil creer que se encuentre algo que tenga tal valor cultural y de conocimiento que su valor económico sea realmente incalculable, algo que le ocurrió a Edwin Smith, un egiptólogo y anticuario estadounidense al pasear por un mercadillo de Tebas en 1862. Después de saber su historia quizá iremos a los mercadillos con otra visión de lo que se puede llegar a encontrar en ellos…

Conocemos el avance en medicina que alcanzaron en el antiguo Egipto, en gran parte gracias a catorce papiros médicos del tiempo de los faraones. Estos papiros han llegado a nuestros días en diferente estado de conservación y la mayoría pertenecen al Imperio Medio, pero su contenido se refiere en su mayoría al Imperio Antiguo (época de las pirámides). Son tratados prácticos, que aunque confieran una escasa explicación patológica y están influenciados por un sistema mágico-religioso que explica las patologías, si nos dejan entrever los avances y conocimientos que poseían. Están escritos la mayoría en lenguaje hierático, una simplificación del lenguaje jeroglífico.

El más antiguo es el papiro Ramesseum, (de 1900 a de C.) donde se proponen diversas fórmulas “mágicas” para vencer la anquilosis de los miembros. Pero los papiros más importantes son los papiros de Edwin Smith y Ebers. Ambos aparecieron en una excavación clandestina y fueron adquiridos por Edwin Smith, datan aproximadamente del 1500 – 1550 a de C, uno lo guardó para él y fue publicado en 1930 y el otro se lo vendió a George Ebers, un egiptólogo alemán, quien lo publicó en 1875. Este último es de los  pocos  papiros completos (un rollo de veinte metros y de gran calidad gráfica).

En el papiro de Ebers hayamos una recopilación de diferentes campos médicos, como oftalmología donde habla de las cataratas, ginecología, urología, dermatología o cardiología, donde el corazón cuenta con un tratado propio en el que se dice que es el centro del sistema sanguíneo. Incluso hayamos una referencia al campo de la psicología clínica  ya que se esbozan algunos problemas mentales como la depresión. Además de ser un tratado farmacológico y toxicológico de la época en el que se hayan  remedios basados en plantas medicinales.

Por su parte en el papiro de Smith se describen con gran lucidez aspectos neuroquirúrgicos. Las heridas, fracturas y luxaciones son sistemáticamente valoradas y las descripciones se suceden de acuerdo con la profundidad de la herida. Llegan a establecer la gravedad de la patología según la presencia de signos focales o la disminución del nivel de conciencia, por ejemplo, en la  descripción 22 se narra: “con estallido del hueso y la sangre manando por las fosas nasales y los oídos, y con fragmentos óseos en el interior (…) y que está adormilado y que si tú le llamas no sabe responder, ése es un mal que no se puede tratar”.

Es curioso, no obstante, pensar que estos papiros que poseen una gran importancia en cuanto a conocimientos, fueron adquiridos en un mercadillo. Smith paseaba temprano por el mercadillo de Tebas cuando uno de los mercaderes le enseñó uno de los papiros, en principio Smith buscaba cualquier objeto de valor pero no imaginó que le ofrecieran una de las obras más importantes de la historia egipcia sobre el conocimiento médico-científico. También hay que destacar que fue gracias a la hija de Smith, la que tras la muerte de su padre, donó el documento para su estudio y que se pudieran así publicar sus contenidos… Si los papiros hubieran sido guardados en un cajón tras la muerte de Smith, o Ebers no hubiera publicado el suyo, no tendríamos a día de hoy una de las primeras obras referenciadas de la historia donde se menciona por ejemplo, el cerebro, las meninges, la médula espinal y el líquido cefalorraquídeo y que nos abre las puertas para saber más acerca de la magnitud del conocimiento médico del Antiguo Egipto.

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