Rutas literarias. Seis librerías sin las que Madrid no sería lo mismo.
Una ruta por las librerías de Madrid; esos lugares donde se destila el aroma único a libro recién hecho.
La primera vez que pisé una librería no podía calcular las consecuencias de tal acto. No podía imaginar que ese olor a tinta de imprenta y a papel recién horneado marcarían el resto de mi vida. No podía saber que el aroma misterioso desprendido por aquellos objetos rectangulares tan perfectos, tan minuciosamente concebidos, tan delicadamente diseñados, tan armónicamente colocados en filas simétricas se convertiría en mi mayor adicción.
Luego descubrí que había otra clase de libros —algo viejos y un poco amarillentos—, que olían a humedad y a vainilla, a vidas ajenas y a deseos inconfesables; me enteré de que un tal Borges comparó el paraíso con una especie de biblioteca (y lo entendí) y un tal Bradbury lloró cuando supo que la biblioteca de Alejandría se había quemado tres veces (y también lo entendí). Claro que para entonces ya nada tenía remedio. Me había convertido en una adicta. Olía el papel, devoraba sus letras y me hundía entre sus páginas como en el Atlántico en verano.
Ahora ya no puedo evitar enterrar la nariz en cada libro que acaricio con las manos, con los ojos, con el corazón. Con una dedicación insana recorro las librerías buscando esa fragancia picante que me transporta a lugares desconocidos, enigmáticos, románticos, siniestros y oscuros a veces, insondables otras, maravillosos siempre.
Y como no soy capaz de explicar una pasión tan compleja, tan inmensa, tan indescriptible solo me queda recurrir al ingenio del mago Lope de Vega — ¡Esto es amor! quien lo probó lo sabe—y proponeros una ruta por las librerías madrileñas donde mejor se destila ese aroma único a libro recién hecho.
Hay más, sí. Igualmente encantadoras. Pero es que Madrid da para mucho. Incluso para una segunda remesa.
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Tipos Infames
Rimbaud tiene la culpa del nombre, una partida de billar en Valladolid de la brillante idea y Alfonso Tordesillas, Gonzalo Queipo y Francisco Llorca de todo lo demás. Porque ellos son los tipos más infames de Madrid y su espacio —y el tuyo, y el mío y el de todos los amantes de los buenos libros, la cultura y el buen vino— uno de los más recomendables pues además de librería especializada en narrativa independiente y de calidad, ofrecen vinos de autor, cervezas artesanas y un sinfín de actividades: presentaciones de libros, catas de vino, exposiciones, talleres… Su bodega, cuidada y selecta, encaja a la perfección con el ambiente literario y el entorno bohemio del barrio de Malasaña. ¿Dónde? En la calle San Joaquín nº 3 Fotografía: María Zarazua
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Rafael Alberti.
Al llegar a la esquina de la calle Tutor con Benito Gutiérrez es imposible no detenerse a contemplar la fachada cuajada de azulejos que enmarca los escaparates de la librería “Rafael Alberti”. El mismo Alberti los diseñó en 1975 —aún se encontraba en Roma—, cuando comenzó su andadura la que hoy es una de las librerías de referencia de Madrid. Como las lámparas que iluminan un interior de ensueño: dos plantas repletas de libros y una inferior donde cada semana libreros, escritores y lectores se reúnen para disfrutar de las letras y la cultura. Y es que la Alberti es mucho más que un negocio de venta de libros, es un espacio único donde se respira literatura, cercanía, amor por el libro. Y gran parte de la culpa de esta atmósfera mágica la tiene Lola Larumbe, una de las responsables junto a Jaime Lucía y Santiago González. Los tres llegaron en los 80. Unos veinteañeros que con toda la ilusión e ingenuidad privilegio de la juventud pusieron en marcha la librería y han sabido conservar y transmitir la verdadera esencia del librero. Porque cuando llegas a la Alberti y sabes lo que quieres, ellos lo encuentran (no en vano su fondo editorial supera los 20000 títulos); y cuando no, te aconsejan, te orientan, adivinan tus gustos. Y aciertan. Porque esa es la esencia del librero con el que todos los amantes de los libros soñamos. Un espacio imprescindible y un referente cultural. Rafael Alberti. Fotografía: © Manu Granadero
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Ocho y Medio.
En Martín de los Heros nº 11, calle cinéfila donde las haya, al ladito de la plaza de España, los cines Renoir y los Alphaville (en cuyos sótanos comenzó a fraguarse en 1978 lo que hoy es una de las principales librerías del mundo especializadas en cine), la literatura se escribe con “C” de cine. Solo su nombre, “Ocho y Medio”, es de lo más evocador; pero es al cruzar el umbral cuando descubrimos que la magia existe. Techos altos y antiguas columnas de hierro industrial albergan estanterías repletas de libros cinematográficos (más de 15000 componen su fondo editorial), carteles, dedicatorias, fotografías, objetos originales utilizados en películas, la camisa de Viggo Mortensen… Pero además, en el Café Vía Margutta situado en medio de la librería (o en la terraza si eres amante del cielo madrileño) podrás tomarte un capuccino, una cervecita o picotear algo de su carta plagada de nombres de cine. Y si te parece poco en El Gatopardo, al abrigo de sus cortinas de terciopelo azul, se ofrecen cursos, conferencias, entrevistas. En fin, que ya no tienes excusa para no pasar una tarde de cine. O un día entero.
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Graphicbook.
Diseño gráfico e industrial, ilustración y publicidad, arquitectura e interiorismo, moda y arte urbano, manuales, fotografía. Y todo en ediciones espectaculares, formatos increíbles y un asesoramiento experto, cercano y encantador. ¿Dónde estamos? En la librería “Graphic Book”. En un esquinazo privilegiado, nada menos que en la calle Libreros, un bonito local luminoso y acogedor nos abre las puertas del paraíso del diseño donde además de libros especializados, puedes encontrar otros accesorios para el diseñador como cartas de color Pantone, tabletas gráficas Wacom, logotipos, tipografía, material de papelería, cuadernos, agendas, láminas, cartelería, posters, serigrafías con ediciones limitadas… Todo lo imprescindible para perder la cabeza, vamos. Los responsables de este rincón saben lo que se hacen. No en vano llevan más de ocho años con tienda física (y antes en web) entregados a la apasionante actividad del diseño y los libros y disponen de un fondo editorial especializada de gran calidad. Por supuesto, se realizan también presentaciones, exposiciones y eventos diversos.
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Venir a cuento.
En pleno corazón de Madrid (C/ Embajadores 29) y en plena catarsis literaria —es que a mí lo de la crisis me suena tan “viejuno” y triste que huyo de ella como del diablo— Enrique García tiene la maravillosa ocurrencia de abrir la librería "Venir a cuento. ¿Una locura? ¡Bendita sea! Todo comenzó a finales del 2012 y hoy lo que fue un viejo y castizo cine (el de San Cayetano) en una esquina de Madrid tan histórica como olvidada, se ha convertido en un pequeño refugio para libros hermosos. ¿Viene a cuento? ¡Ya lo creo! Un espacio diferente, abierto y luminoso, rebosante de alegría y amenizado con música de los 60 y 70; repleto de joyas ilustradas, tentaciones fetichistas, cajas de música y juguetes de madera; en su fondo editorial, abundante y de extraordinaria calidad, reinan los álbumes infantiles, la novela gráfica y la literatura ilustrada para todas las edades. ¿Te lo vas a perder? Librería Venir a cuento. Madrid. Embajadores, 29. © Enrique García Ballesteros.
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Librería Modesta.
Esta vez nos trasladamos al barrio de Chamberí donde nos espera la librería “Modesta”, nombre que además de jugar con la ubicación —Modesto Lafuente, 31— encierra toda una actitud: el encanto de quien no necesita resaltar lo obvio. Así es la librería: acogedora, deliciosa, impregnada de ese aroma a libro cocinado con amor. “Nos encantan los libros y disfrutamos leyendo”, nos cuenta Rocío Cela. A ella, a Coco (su cómplice literario) y ese hijo suyo que suele estar de viaje. Y se nota, claro. Porque el criterio de selección de su fondo es muy sencillo: “traemos a nuestra librería lo que nos gustaría encontrar en una librería como clientes; te contamos lo que más nos ha gustado a nosotros y lo que gusta a los clientes y amigos que nos visitan. Novelas, ensayos, libros de viajes, gastronomía, fotografía, niños y jóvenes, la novedades más interesantes y una amplia selección de editoriales independientes.” Y así comenzó hace ya diez años este entrañable espacio dedicado al libro, a sus anécdotas y los lectores. Pero además, como a Rocío le encanta tejer, la librería ha reservado un pequeño rincón dedicado exclusivamente a ese tipo de libros. Y funciona maravillosamente.
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