Dark y Tenet: lo que tienes que ver si eres un fan de los viajes en el tiempo y quieres regresar al futuro… o al pasado.
Viajar en el tiempo es un sueño eterno del ser humano y tanto la película de Chris Nolan Tenet como la serie alemana Dark lo hacen realidad.
Los viajes en el tiempo han dado, dan y darán para mucha literatura, mucho cine y mucha serie de televisión porque son uno de esos sueños imposibles del ser humano; pero si crees que por ser un tema recurrente está ya muy gastado es que no has visto la película Tenet ni la serie de Netflix Dark.
¿Recuerdas aquello de que si viajas en el tiempo no puedes encontrarte con tu yo joven (si viajas al pasado) o tu yo viejo (si viajas al futuro)? ¿y aquello de que si cambias algo de tu pasado cambiarás también el futuro? pues no tiene por qué ser así ¿por qué iba a ser así? ¿y quién dice que el tiempo es lineal? ¿y si hay más de una dimensión y libre albedrío en todas ellas? ¿y si se puede vivir hacia atrás en lugar de hacerlo hacia delante? ¿y si…?.
Todo es posible y todo tiene al final sentido pero hablamos de ciencia-ficción y para afrontar este tipo de series y películas, igual que sucede con la literatura de ficción, solo cabe hacerlo con la mente abierta dispuesta a aceptarlo todo y cuestionarlo todo a la vez. Partiendo de esta premisa básica, a continuación tienes las razones por las que te puede interesar ver Tenet y Dark (lee sin miedo, nos abstenemos de cometer spoilers).
Tenet
Chris Nolan no engaña a nadie, a pesar de que película es un engaño desde el momento en el que juega con el tiempo más allá de lo que nuestra razón, con el reloj en la muñeca, puede entender, e incluso en la entrevista que acompaña el DVD de la película reconoce que su fin al hacer esta película es entretener. Nuestro veredicto en este sentido es claro: prueba más que superada, entretiene mucho y bien.
¿Lo mejor y lo peor de la película? no diremos ni mú acerca de su argumento, sí acerca de su fotografía y su escenografía (¡magníficas!) y el elenco de actores: el protagonista es John David Washington, sí, el hijo de Denzel al que, si bien hace un papel correcto, le falta todavía lo suyo para llegar al nivel de su padre (dicho esto desde la absoluta devoción que sentimos por Denzel Washington y que cabe que nos ciegue); Robert Pattinson ya no es aquel niño al que vimos jugar a ser actor junto al mago más famoso de los últimos años, Harry Potter, ni tampoco el vampiro crepuscular que fue y nos atrevemos a decir que habrá un antes y un después en su carrera después de este papel, magnífica actuación la suya. Kenneth Branagh, el malo de manual y de libro no puede tener mejor intérprete.
Dicho todo esto, Nolan entretiene en Tenet como pretendía, sin duda, pero si bien la película es más que recomendable, no llega a perfecta complejidad de Origen que sigue siendo, al menos para nosotros, la obra más completa y redonda de este excepcional director.
Dark
Lo primero que debes saber de Dark, si es no lo sabes ya todo, es que se trata de una serie de tres temporadas que se estrenó en 2017 y se completó en 2020. Y decimos bien, se completó, no la veas con temor a quedarte colgado del guindo sin saber qué pasa, la serie se cierra y se cierra bien a pesar de las vueltas de campana que da hasta el último capítulo.
Es una serie oscura, como dice su nombre, te mantiene en tensión televisiva y científica, y si no te pierdes en el mundo de personajes y en sus diferentes edades es porque la selección de actores no ha podido ser mejor.
Más allá de la complejidad del bucle infinito del tiempo que irás recorriendo y comprendiendo, Dark es también una serie de personajes y una serie muy… ¿humana? sí, humana, siempre que estés dispuesto a aceptar lo peor del ser humano como una parte de lo que definimos como humanidad (no hacerlo sería negar la evidencia ¿no crees?) pero no temas, no es que Dark sea una serie oscura en el sentido más terrible de Poe o Lovecraft, también hay lugar para el amor y la generosidad.
Lo mejor de la serie es el modo en el que se van entrelazando las diferentes tramas hasta que todo comienza a cobrar sentido, el modo en el que te sorprende una y otra vez y en el que te emociona al principio del final (del final, final… no diremos ni mú).