Viajes.

Hay veces hay gestos que definen viajes. A veces hay viajes que definen vidas. Si jugamos a mezclar ambas frases, ambos conceptos, podríamos abarcar un amplio porcentaje de la historia de cada uno de nosotros. Una de esas historias de gestos y viajes que «podrían ser» es la que nos plantea «Un planeta Solitario», de Julia Loktev. La de Alex y Nica en un viaje de novios (y más de novios que ninguno, puesto que lo hacen antes de casarse) a un lugar tan lejano de ellos mismos como el Caúcaso y a unos sentimientos tan cercanos como los que les hacen estar juntos.

La casi desconocida actriz israelí Hani Furstenberg y el ahora muy de actualidad por su papel en «No», Gael García Bernal, encarnan a la pareja protagonista. La película ha tenido un muy meritorio recorrido por distintos festivales de cine independiente. Una apuesta por el cine de sentimientos, de las historias de disfrutar tras una tranquila comida de domingo, un café y un paseo antes de elegir la película a la que entrar.

Para ver un poquito en el interior de nosotros mismos desde paisajes lejanos. Cuando somos tú y yo el horizonte. Y salir del cine con esa sensación tan conocida de haber estado en otro lugar durante un par de horas.