Una docena de películas sobre juicios
Silencio en la sala. Se abre la sesión.
Pocas cosas reúnen tantas condiciones para emocionarnos como la sala de un tribunal durante un juicio. El hecho mismo de impartir justicia, de dirimir entre el bien y el mal, de castigar al culpable, es ya de por sí motivo para esa emoción y al mismo tiempo base de nuestra sociedad. Pero además es una batalla en toda regla, con dos bandos completamente diferenciados y enfrentados sin concesiones. El fiscal, el abogado, el juez, el jurado, las pruebas, todas ellas piezas de un juego que no tiene nada de infantil.
El cine nos ha entregado un buen número de películas donde nos ha presentado innumerables casos a juzgar. Crímenes truculentos, investigaciones con suspense, culpables que parecen inocentes, inocentes que son culpables, giros inesperados, testigos sorpresa, abogados estrella, fiscales implacables, jurados obnubilados por la verborrea de los letrados… todo puede pasar en una película sobre juicios.
Y como nosotros, yo que escribo y tú que lees, no somos ni acusados, ni culpables, y nuestro veredicto no va a condenar a nadie, podemos decir sin miedo: ¡Se abre la sesión!
12 hombres sin piedad (Sidney Lumet, 1957)
El drama escrito y emitido inicialmente en televisión en 1954 por Reginald Rose contiene tantos buenos elementos de tensión dramática, trabajo de actores y solidez de guión que ha seguido versionándose innumerables veces, incluida una excelente adaptación para la televisión española, en 1973, protagonizada por Sancho Gracia, José Bódalo, Luis Prendes y Pedro Osinaga.
Testigo de cargo (Billy Wilder, 1957)
Dirigida por un hombre con cuchillas de afeitar en lugar de cerebro, y protagonizada no menos magistralmente por Charle Laughton. Memorables las escenas entre Laughton y la Dietrich, y esa enfermera (Elsa Lanchester) que le tiene comida la moral. Imperdible.
Anatomía de un asesinato (Otto Preminger, 1959)
Uno de los dramas judiciales más famosos de la historia del cine. James Stewart interpretando a un abogado alejado de los canones del género, amante del jazz y con una pinta de despistado que no tiene nada que ver con la realidad. Y los títulos de crédito de Saul Bass.
Kramer vs Kramer (Robert Benton, 1979)
No sólo de asesinatos viven las películas de juicios. En este caso, es la disputa por la custodia de un tierno infante lo que enfrenta a dos monstruos de la pantalla como Meryl Streep y Dustin Hoffman. Y nosotros sin saber con quien quedarnos.
¿Vencedores o vencidos? (Stanley Kramer, 1961)
No sólo judicial sino también histórica (y veraz), la película de Stanley Kramer nos acerca a uno de los juicios más famosos de la historia de la humanidad, el de Nuremberg, donde en 1948 un tribunal internacional debía dictaminar la responsabilidad criminal de la jerarquía nazi. Un reparto lleno de gloria, con Spencer Tracy al frente.
Veredicto final (Sidney Lumet, 1982)
Paul Newman es un hombre acabado. Quién lo iba a decir. Un fracaso como abogado cuya vida parece no tener demasiado sentido. Pero aparece un último caso, el último caso. Y la batalla que se inicia nos ofrece un peliculón para disfrutar. Y para jugar al pinball…
Matar a un ruiseñor (Robert Mulligan, 1962)
Si tu nombre es Atticus Finch, o eres el personaje de una novela de Dickens, o te toca ser abogado sí o sí. A Gregory Peck le toca la segunda opción en esta adaptación del clásico de Harper Lee, y voto a bríos si no logra una excelente interpretación.
Sleepers (Barry Levinson, 1996)
Mezcla de drama judicial, carcelario y juvenil, todo ello aderezado con la presencia de pesos pesados como De Niro, Dustin Hoffman y Vittorio Gassman. Un canto a la amistad “para toda la vida”, de esa que se cuece a fuego lento en las calles de la ciudad.
En el nombre del padre (Jim Sheridan, 1993)
A veces se trata no de retratar un juicio, sino de la manera de reparar el error cometido en él. Ese es el caso de esta magnífica película, con dos soberbias actuaciones de Day-Lewis y, sobre todo, de Pete Postlethwaite, en su papel de padre abocado a mantener la dignidad y el cariño en las peores circunstancias.
La herencia del viento (Stanley Kramer, 1960)
Evolución contra creación divina. Ciencia contra religión. Datos contra fe. Uno de los debates más apasionados y enconados que se pueden encontrar. El mismo que se encuentra en la película de Kramer que tan estupendamente protagonizan los veteranos Spencer Tracy y Fredric March.
Rashomon (Akira Kurosawa, 1950)
Tres personas enjuician el asesinato de un señor feudal. Nosotros hacemos de jurado, mientras se nos muestran los puntos de vista de los diferentes implicados en el caso. La primera obra maestra de Kurosawa y su punta de lanza en la escena internacional.
Algunos hombres buenos (Rob Reiner, 1992)
Hay películas que envejecen mal, y terminan siendo antigüedades sin ningún valor. No es el caso de la película de Cruise, Moore, Nicholson y Bacon, vituperada en su estreno y que con los años ha ido cogiendo el color de los clásicos de toda la vida. De fondo, un presunto accidente en la base de Guantánamo. ¿Ordenó usted el Código Rojo?