Tres películas para despedir el frío: La Bella y la Bestia, Crudo y Locas de Alegría.

Disney nos regala en La Bella y la Bestia un nuevo clásico adaptando otro clásico, Crudo nos habla de apetitos peligrosos y Locas de alegría amenaza con hacernos reír y llorar a partes iguales. ¿Hace un cine?

  • facebook
  • Tweet
  • pinit
  • WhatsApp

Es curioso que la noticia más ampliamente extendida en las redes en relación a la nueva adaptación de Disney sobre su clásico de animación La Bella y la Bestia venga precisamente, de algunos a los que no les vendría mal el segundo de los apelativos utilizados en el título, convencidos de que el atisbo de relación homosexual que aparece en un momento de la película es motivo suficiente para hurtar a los niños y niñas la visión de la misma haciéndola en algunos países permitida sólo para mayores de edad. Por lo demás, nueva recreación, casi -maravillosamente- milimétrica en sus aspectos visuales a la versión animada y fiel al espíritu de un cuento clásico que sigue manteniendo el aroma de las buenas historias de siempre.

No precisamente clásica aparece la historia que nos cuentan en la francesa Crudo, un relato que mezcla hábilmente el terror gore y los filmes de adolescencia dando como resultado un atractivo conjunto de imágenes poderosas y llenas de desasosiego directamente lanzadas a las percepciones del espectador. La protagonista, una adolescente vegetariana que llega a la universidad para descubrir, además de todos los lugares comunes que podamos imaginar de comienzos similares, la carne cruda que prueba por primera vez para encajar con sus compañeros y que hará que toda su vida cambie por completo.

Por completo cambian las ya de por sí peculiares vidas de Beatrice y Donatella cuando se encuentran en una institución psiquiátrica y los azares de eso que les va a cambiar las hace ser compañeras de aventuras en una escapada donde ambas se encontrarás Locas de alegría, que es precisamente el título de la comedia de Paolo Virzi que se ha llevado la Espiga de oro del Festival de Valladolid y que presenta ni más ni menos que 17 nominaciones a los premios italianos del cine David de Donatello. Algo tendrá…

La Bella y la Bestia, de Bill Condon 1 / 3

La Bella y la Bestia, de Bill Condon

Basta ver un sólo fotograma de esta adaptación a imagen real del clásico Disney de 1991 para identificarlo como su heredero visual. Una nueva pieza en el camino emprendido por Disney de llevar sus clásicos de animación al terreno de lo real -y de los efectos visuales, por supuesto- que tan buenos resultados le han dado ya con Maléfica o El Libro de la Selva. Una historia de siempre, con todo lo bueno que eso supone.

Crudo, de Julia Ducournau 2 / 3

Crudo, de Julia Ducournau

Curiosa y potente mezcla de cine adolescente y cinta gore que lleva recogiendo premios desde su estreno, incluyendo el de Mejor película europea en el último Festival de Sitges. Diferente ya desde el planteamiento de la historia, sus planteamientos hacen aconsejable la abstención de los vegetarianos de la historia. Para amantes del terror con algo diferente.

Locas de alegría, de Paolo Virzí 3 / 3

Locas de alegría, de Paolo Virzí

Thelma & Louise se han vuelto locas, italianas y se han cambiado los nombres a Beatrice y Donatella, y a golpe de descapotable van descubriendo una Italia que se parece demasiado a la visión que tiene de sí misma, Tragicómica road-movie protagonizada por esos que hemos venido en llamar locos maravillosos. Para amantes de la comedia italiana y de la locura más o menos lúcida.

Ver

La cita cultural del momento en forma de publicación, muestra, subasta, feria, exposición… Un espacio que da cabida a todos los formatos.

Drops of God.+

Drops of God.

¿Tienes Apple TV? Si sigues leyendo esta noticia querrás tenerlo... y no sólo por Slow Horses y la magnífica interpretación de Gary Oldman. + ver

Love & Death.+

Love & Death.

Love & Death, una serie que tienes que ver tanto si eres amante del cine negro y los clásicos de la BBC como si eres más de Tarantino o de los true crime... + ver

Newsletter

No te pierdas nada, que saber no ocupa lugar.