Stockholm.
A la mañana siguiente el amor puede ser otra cosa, y otras cosas pueden tomarse por amor
A la mañana siguiente todo puede ser distinto. Los rostros, los deseos, los demás… hasta uno mismo. A la mañana siguiente el amor puede ser otra cosa, y otras cosas pueden tomarse por amor. A la mañana siguiente, podemos estar demasiado lejos de donde querríamos y creíamos estar.
Stockholm no se refiere, en este caso, a la capital de Suecia, sino a una discoteca de Madrid. Una discoteca donde comienza la historia de sus protagonistas -Javier Pereira y Aura Garrido-, una historia donde se mezclan los sentimientos con las necesidades y carencias de cada uno de ellos. Y Stockholm también es el relato de un secuestro poco convencional, y de un síndrome, como no, de Estocolmo.
Rodrigo Sorogoyen firma un debut más que prometedor en esta película, recomendable para echar un vistazo «a la mañana siguiente» sin que, por fortuna, tengamos que tomar las decisiones o tener los sentimientos de sus protagonistas, lo que, al fin y al cabo, constituye la magia del cine.