Las ovejas no pierden el tren.

Luisa y Alberto (Inma Cuesta y Raúl Arévalo) empiezan a pensar que la decisión de comenzar una nueva etapa en lo que parecía una vida idílica en el campo no era tan buena idea como ellos creían. Entre otras cosas, su relación no pasa por su mejor época, a pesar de lo cual Luisa está empeñada en tener un hijo, lo que hace aun más ruinoso el sexo. Aunque no son los únicos que deberan afrontar la vida de la mejor manera posible. Tanto el hermano de Alberto, Juan (Alberto San Juan) como la hermana de Luisa, Sara (Candela Peña), están implicados en unas relaciones que no terminan de funcionar, y la vida no parece que este dispuesta a darles el respiro que necesitan.

Hace unos cuantos años, el director José Luis Garci llevó a las pantallas una afilada crítica contra la sociedad española de los 70, tan divertida como llena de ironía y mala leche, llamada Las Verdes Praderas. Es posible que, a pesar de los casi 40 años transcurridos, la moraleja de aquella historia valga para estas ovejas que no pierden el tren. Basta cambiar el consumismo un poco básico de aquella época, es decir, chalet en la sierra y coche, por el perfeccionismo rozando el absurdo que busca esa «vida plena» que nos empeñamos en tener como objetivo. No sería raro que los protagonistas de estos ovinos fueran los hijos de aquellos de las praderas. A lo mejor no hemos cambiado tanto como creemos.

En lo que seguro que no hemos cambiado es en que nos gusta reírnos de nosotros mismos y de los demás, de esas pequeñas circunstancias que van jalonando nuestro día a día. Y eso lo vamos a conseguir acudiendo al cine a ver la nueva de Álvaro Fernández Armero, si no perdemos el tren, claro…

Título: Las ovejas no pierden el tren
Año: 2015
País: España
Director: Álvaro Fernández Armero
Guión: Álvaro Fernández Armero
Fotografía: David Azcano
Reparto: Inma Cuesta, Raúl Arévalo, Candela Peña, Irene Escolar, Alicia Rubio, Alberto San Juan, Kiti Manver, Álex Martínez, Jorge Bosch, Eva Marciel, Ruth Armas