Cine para las flores de mayo: El caso Sloane, Déjame salir y No sé decir adiós.

Un thriller político, El caso Sloane, una de miedo y racismo, Déjame salir y una de dramas familiares sin lágrimas fáciles, No sé decir adiós. ¿Hace un cine?

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La ciudad de Washington hace tiempo que se convirtió en un género cinematográfico, y no precisamente en relación a la belleza de sus monumentos, aunque esas vista aéreas del Capitolio, la Casa Blanca y el Monumento a Lincoln sean intercambiables perfectamente entre todos los títulos que componen ese tema cinematográfico que consiste en narrar todo el mecanismo más o menos oscuro, más o menos corrupto que mueve los hilos de la política en los pasillos del poder de la capital norteamericana, como lo hace El caso Sloane, nuestro primer estreno cinematográfico de la semana.

Para entendernos, la protagonista de El caso Sloane podría incorporarse sin ningún calentamiento previo a las idas y venidas maquiavélicas de la genial y televisiva House of cards. Y es que Jessica Chastain da vida a uno de esos personajes para los que la moral es tan sólo un argumento que queda bien utilizar en determinadas circunstancias, y nada más. En su caso, si vale para conseguir el objetivo propuesto por su cliente. Un thriller político a la moda interesante y que engancha.

También parece que engancha Déjame salir, todo un éxito en tierras norteamericanas con su combinación de thriller de terror y debate sobre el racismo sempiterno de aquellas tierras. Déjame salir es una inteligente y perversa mezcla entre Adivina quién viene esta noche y Los padres de ella con mucha mala leche y crítica social añadidas que te hace pasar ese miedo incómodo que tan cómodo de disfrutar nos resulta a la vez que saca fuera los prejuicios que todos tenemos en mayor o menor medida. Distinta y atractiva por ello.

También nos hará pensar, pero en círculos más íntimos la española No sé decir adiós, que aborda una historia donde padre e hija con relación complicada deben asumir la enfermedad sin solución del primero con la intención de recuperar un tiempo no ya perdido, si no que se va perdiendo. Situaciones familiares tanto por cercanas a cualquiera como por pertenecer al ámbito de la familia que son tratadas con sensibilidad pero no con sensiblería.

¿Hace un cine?

El caso Sloane, de John Madden 1 / 3

El caso Sloane, de John Madden

Elizabeth Sloane sólo tiene un objetivo: ganar. Eso en su trabajo supone lidiar con lo mejor -o lo peor, según se mire- de ese campo de batalla de ambiciones y corrupción que debe ser Washington. Un thriller político de esos de no perder de vista la pantalla ni un segundo y disfrutar de lo lindo.

Déjame salir, de Jordan Peele 2 / 3

Déjame salir, de Jordan Peele

Si atendemos al cine, eso de conocer a los futuros suegros se está convirtiendo en un deporte de alto riesgo. O te toca un tipo con cara de Robert de Niro ex-agente de la CIA con muy poco aguante para las bromas, o como en el caso de Déjame salir las sorpresas desagradables no hace ni puñetera gracia, aunque los espectadores lo disfruten como el que más…

No sé decir adiós, de Lino Escalera 3 / 3

No sé decir adiós, de Lino Escalera

Lo de decir adiós no es tan fácil como parece, sobre todo si eres hija de un padre al que no es fácil ni siquiera hablarle y que tiene una enfermedad de esas que no tienen más que un camino. Dramas familiares de los que nos llegan muy dentro tratados sin dramatismo efectista. Para sentirse mal, dicho en el mejor de los sentidos.

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