Big Eyes.

Margaret Kane tenía 23 años cuando pintó su primer retrato característico, uno de su hija, a la que pintó con unos ojos desproporcionados pero bellos en esa desproporción. En 1959, con 32 años y casada con su segundo marido, Walter Keane, realizó su primer trabajo profesional, que seguía teniendo como principal característica unos enormes ojos. Durante los años siguientes, sus cuadros y su particular estilo se hicieron enormemente populares. El único problema para Margaret es que todo el mundo pensaba que los cuadros eran obra de su marido, quien se atribuía su autoría, mientras Margaret se consumía encerrada entre las cuatro paredes de su casa, obligada a seguir manteniendo la mentira.

Tim Burton firma Big Eyes, este acercamiento a la relación entre la pintora y su plagiador, además de marido, la que sin duda alguna constituye una historia digna de ser contada, aunque sólo sea por conocer los mecanismos que alguien puede utilizar con una persona para conseguir lo que consiguió Walter Keane de Margaret durante tantos años. Amy Adams y Christoph Walz dan vida al tan poco convencional matrimonio Kane, en una película de Tim Burton que no termina de parecer de Tim Burton, y se acerca más a una convencional película biográfica, pero que mantiene el interés sobre la historia en todo momento. Mal para los más acérrimos fans de Burton, bien para los que no lo son tanto.

Acertadas interpretaciones, sobre todo la de Walz, y un guión sólido aunque convencional para una historia donde lo único que parece del estilo de Burton son los cuadros que no pintaba nadie más que Margaret.

Título original: Big Eyes
Año: 2014
Duración: 106 min.
País: Estados Unidos
Director: Tim Burton
Guión: Scott Alexander, Larry Karaszewski
Música: Danny Elfman
Fotografía: Bruno Delbonnel
Reparto: Amy Adams, Christoph Waltz, Danny Huston, Jason Schwartzman, Krysten Ritter, Terence Stamp, Heather Doerksen, Emily Fonda, Jon Polito, Steven Wiig, Emily Bruhn, David Milchard, Elisabetta Fantone, Connie Jo Sechrist, James Saito