Agua.
Érase una vez la histoira de un horrible y desalentador día de lluvia que le recordó que el agua es vida y la vida es al final más como te la tomas que como es en sí. ver
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Érase una vez la histoira de un horrible y desalentador día de lluvia que le recordó que el agua es vida y la vida es al final más como te la tomas que como es en sí. ver
Érase una vez la historia de un virus y un bacilo a la carrera que bien podía haber sido la de un huésped de Drácula en la noche de Halloween… ver
Érase una vez una noche de aristas en los muebles y en el ánimo, en el sueño y en el despertar, en el insomnio, en la vida y en la muerte. ver
Los ratones del nudo este se apiñaban en sus alcantarillas entre olas de indignación y rabia, ¡libertad, liberté, libertad, liberté! gritaban… y es que la Junta de Gobierno había sellado los túneles que les permitían moverse libremente por toda la … ver
Érase una vez la historia de un cuenco de palomitas, un par de películas, un libro y tres viajes, la historia de un escritor que tenía algo que decirnos… ver
Érase una vez la historia de un niño que trataba de entender por qué el sur a veces molaba… y a veces no. ver
Érase una vez la vuelta al cole más complicada nunca antes vista ni vivida por profesor o alumno alguno en los últimos 40 años. ver
Érase una vez una historia de un grupo de amigos ciegos, sin problema alguno de visión, pero completamente ciegos cada cual a su manera. ver
Érase una vez la historia de la temperatura a la que se consumía el papel en un incendio, Fahrenheit 451, o algo más de 230 grados celsius; un mero dato científico tras el que se escondía todo un relato. ver
Érase una vez la historia de una reflexión de domingo y de un sentimiento que algunos llevan en el dedo índice de la mano derecha, la culpa. ver
Érase una vez un hilo de pensamientos elaborados a alta temperatura, una idea, o dos si acaso, acerca del cerebro reptil que nos domina… o no. ver
Érase una vez la cuenta de la vieja y un cuento de los que cuentan poco pero dicen mucho (o al menos lo intentan). ver
Érase una vez una ola de calor que sacaba los colores a los unos y a los otros (también a los hunos y a los otros). ver
Érase una vez una historia de orden y concierto librero, de reorganización de casas, vidas y libros… ver
Érase una vez la historia de una mañana de domingo y piscina, de una mujer a la que nadar le ayudaba a pensar. ver
Érase una vez la historia de una comida en la que se hizo patente cómo sería el mundo si nos quedamos en la literalidad de las cosas. ver
Érase una vez la historia de un niño que descubrió, en un relato contado para dormir, como Don Quijote defendió al mundo… luchando contra molinos gigantes. ver
Érase una vez una historia de golpes buenos y malos, de suerte y de desgracia y de todos los colores que culminó con un gran golpe de realidad ¿o era un baño?. No lo recordaba bien… ver
Érase una vez la historia de una paradoja y algunos prejuicios, la de un hombre que se sintió libre cuando fue confinado. ver
El pequeño Ramón miraba fijamente al televisor, entrecerraba los ojos y dejaba caer su cabeza ligeramente hacia la izquierda; su madre, que conocía bien ese gesto, sabía que su adolescente estaba tratando de resolver en su cabeza algún problema pero, … ver
Érase una vez la historia de un puñado de gentes que trataban de hacer arte de las citas a ciegas pero resultó que pintaron un cuadro abstracto y obsceno propio más bien de las citas a tontas y a locas. ver
Érase una vez la historia de una familia asomada al balcón y la organización de los paseos a las puertas de la desescalada… ¡un sin Dios!. ver
Érase una vez la historia de una mujer llamada Pandemia que, en un arrebato de curiosidad, abrió la nueva caja de Pandora liberando los males y los bienes contenidos en ella. ver
Erase una vez la historia de una hija de médicos que quería hacer periodismo. Y tuvo que hacerlo. ver
Érase una vez la historia de una noche de insomio y desvelos en la que el hombre que ríe había vuelto a su memoria y a su fiebre. ver
Érase una vez la historia de una maestra de secundaria que quiso trabajar con sus alumnos, a distancia y confinados, sus ideas sobre la libertad. ver
Érase una vez la historia de un gallinita tan ciega tan ciega que no se le caía la venda de los ojos ni tan siquiera al terminar el juego… ver
Érase una vez la historia de una realidad que se revelaba en cifras terribles cada día mientras algunos pugnaban por transformarla y otros sólo por distorsionarla a golpe de neolengua y posverdad. ver
Érase una vez la historia de una cuarentena o del día en el que alguien gritó ¡qué se pare el mundo que yo me bajo! y el mundo se paró… tal vez para que quienes gritaran descubrieran que, en realidad, no querían bajarse. ver
Érase una vez la historia de una joven que comprendió de pronto lo que significaba tener raíces y el contrapeso inmenso en que se convertían para sus alas… ver
Érase una vez un niño que sabía lo cortas que eran las patitas de la mentira y el peligro que escondía no darte cuenta de ello a tiempo; era un niño que no quería que le adornaran la realidad sino que se la mostraran como es. ver
Érase una vez la historia de un hombre que descubrió el sentido del lenguaje más allá de las palabras. ver
Érase una vez una mujer que soñaba con ser un personaje de película, el ensueño de un guionista llevado al cine que, tras el cartel de The End, descansaba en paz hasta la siguiente proyección. ver
Érase una vez la historia una niña a la que un mal día le dijeron que tenía comenzar a llevar el velo (hiyab) y lo que sucedió después. ver
Érase una vez la reunión mensual de las palabras en su casa y con su Academia; aquel día SOSTENIBLE y CONTAMINACIÓN estaban en boca de todos. ver
Érase una vez la historia de un ¡tú no mandas! escuchado en el cuarto de juegos de los niños (el equivalente al Congreso de los Diputados de los mayores…). ver
Érase una vez un vez la historia de un incauto que pensaba que no sólo una mentira podía convertirse en verdad a base de repetirla sino también durar eternamente. ver
Cuéntame un cuento y verás que contento me voy a la cama y tengo lindos sueños… Mucho antes que se lo cantaran los Celtas Cortos ella ya sabía que los cuentos eran imprescindibles para vivir e incluso para sobrevivir porque … ver
Érase una vez una mujer que encontró el modo de sobrevivir a la blanca y dulce Navidad que detestaba sin convertirse en un Grinch… ver
Érase una vez la historia de alguien que sabía que el fracaso podía ser, de facto, un éxito… (o no). ver