Gabriela Mistral es el nombre de la poetisa diplomática y pedagoga chilena Lucila Godoy Alcayaga, seudónimo elegido por ella misma en homenaje a sus dos poetas predilectos: el italiano Gabriele D’Annunzio y el francés Frédéric Mistral. La educación y los versos fueron su vida, y eso sin haber cursado los estudios correspondientes.
Mujer de naturaleza enfermiza pero extremada voluntad, encontró en la poesía un refugio para resguardarse de los palos que le dio la vida: contaba dos años cuando su padre abandonó el hogar. Su hermana Emelina, que trabajaba como maestra, le proporcionó la primera educación antes del ingreso en una escuela pública. Tiempo después se convertiría en una de las poetisas más relevantes de la lengua castellana.
En su país natal recibió el título tras convalidar sus años de experiencia y su valía era tal que fue contratada también por el gobierno de México para sentar las bases de un sistema educativo que permanece, en gran medida, vigente hoy en día. Además, fue cónsul de Chile en Nueva York donde vivió su gran amor con Doris Dana y fue la emocionalidad de sus versos, la belleza de sus composiciones líricas, la que mereció la distinción del Nobel.
Un reconocimiento no sólo de su producción como uno de los mayores baluartes de la literatura iberoamericana, sino también de la labor social de una mujer que había dedicado su vida a la difusión de la cultura y a la lucha por la justicia social y los derechos humanos. Si, porque Gabriela Mistral creía en la juventud, en la educación, en la protección de la infancia y en la justicia social, porque pensaba que la tarea principal de los intelectuales era contribuir a la construcción una sociedad mejor y más justa.
La perdimos un 10 de enero de 1957, en Nueva York, pero nos dejó su obra y estas citas imperdibles.
“Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú. Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú. Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver