Hijo de un fotógrafo de prensa y una traductora, Joseph Alexandrovich Brodsky nació en un hogar empobrecido de origen judío sólo unos meses antes de que iniciara el famoso sitio de los nazis sobre Leningrado, su ciudad natal. Decía de sí mismo que era un niño despreocupado cuya única manera de luchar contra el destino fue salirse del carril. No terminó la secundaria, pues una mañana, cuando tenía quince años, se levantó de su pupitre para no volver a la escuela jamás. Nunca supo qué fue lo que le empujó a tomar esa decisión, pero le estuvo inmensamente agradecido porque resultó ser su primer acto libre.
Su verdadera escuela fue la calle, las expediciones geológicas en las que se enroló a los 17 años, su trabajo como asistente de un forense, su amistad con un antiguo piloto soviético con el que llegó a vivir en la indigencia. Y después la cárcel y un juicio acusado de parasitismo social que llegó a convertirse en una causa apoyada por intelectuales occidentales que terminó llevándolo al exilio en una remota aldea en el lejano norte ruso.
Liberado después de un año y medio, en 1972 se vio obligado a emigrar a Estados Unidos, cuya ciudadanía adquirió en 1977. Allí se dedicó sobre todo a dar clases, primero como profesor de literatura en la Universidad de Michigan y posteriormente en Massachussets, y a celebrar sesiones de lecturas de sus trabajos, lo que compaginó con su labor poética. Desde entonces participó activamente en las traducciones de sus obras al inglés, idioma en el que también escribía. Obsesionada con las contradicciones entre el espacio, el tiempo y los sentidos, su poesía es una de las más relevantes del siglo XX, y le hizo merecedor del premio Nobel de Literatura en 1987, porsu producción literaria, de excepcional calidad, impregnada de agudeza y de intensidad poética.
“No hay ningún país que domine como Rusia el arte de la destrucción de sus súbditos, y un hombre con una pluma en la mano no puede remediar la situación.”
“¿Qué puedo decir de la vida? Que resultó ser larga. Únicamente con el dolor me siento solidario, pero hasta que me tapen con greda la boca, de ella solo saldrán agradecimientos.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver