Wraith, el espíritu del éxtasis.
El rendimiento más espectacular, el diseño más audaz, y el coche más potente del famoso Espíritu del Éxtasis.
Uno de los padres fundadores de la marca era un hombre de espíritu aventurero, pasión que le llevó a triunfar en el mundo del automovilismo y la aviación. El otro padre, tenía como máxima tomen lo mejor que exista y háganlo mejor, y si no existe, diséñenlo, expresión que, después de 109 años de historia, sigue formando parte del activo inmaterial de la marca. Este nuevo automóvil evoca el espíritu de esos históricos esfuerzos que tuvieron lugar por tierra, mar y aire, alcanzando límites insospechados en términos de ingeniería y diseño y logra un perfecto equilibrio entre el lenguaje visual de un fastback y un automóvil totalmente contemporáneo. De espíritu innovador y vanguardista, el Wraith no existía, así que tuvieron que diseñarlo.
El Wraith es el Rolls-Royce más potente que jamás ha existido. Desarrolla 465 CV mediante un motor V12 biturbo de 6,6 litros que incorpora un sistema de inyección directa de gasolina que permite pasar de 0 a 100 km/h en solo 4,6 segundos y una velocidad punta controlada electrónicamente de 250 km/h. La potencia se transmite de forma fluida gracias a un sistema de transmisión automático ZF de ocho velocidades. Y para optimizar la respuesta de la transmisión, el tren de rodaje incorpora un sistema inteligente asistido por satélite que procesa los datos GPS para predecir los movimientos del conductor y seleccionar automáticamente la marcha adecuada evitando cambios innecesarios.
El Wraith está construido en torno a un monocasco de acero sin separación entre chasis y carrocería, ventaja que permite una reducción de las medidas externas a la vez que se maximiza espacio interior. Su exterior, de indudable estilo fastback años 30, irradia belleza y una elegante sencillez fundamentada en una alta línea de cintura combinada con una línea del techo baja y una cabina inclinada. Esto hace que las miradas se dirijan rápidamente y sin interrupciones hacia la zaga, en una permanente tensión que sugiere que el coche está a punto de moverse. Un acentuado voladizo trasero, los embellecedores cromados y, por supuesto, el Espíritu del Éxtasis adornando la tradicional rejilla frontal, acentúan la fluidez y elegancia natural de su diseño.
El interior, al que se accede por las puertas de bisagra posterior sin marco -paradigma de la comodidad de acceso-, es un espacio de serenidad para cuatro personas que se encontrarán envueltos por un impactante, exquisito y contemporáneo habitáculo realizado con atractivos materiales, como el revestimiento ligeramente satinado en madera Canadel de grano abierto, o los indicadores en naranja sangre, que rinden tributo al legado aeronáutico de Rolls-Royce, todo ello rodeado por el agradable tacto del cuero y un techo artesanal lleno de diminutas luces de fibra óptica tejidas a mano que insinúan el brillo de las estrellas.
Y por supuesto, como en el mejor Rolls-Royce, en el diseño se ha cuidado cada detalle; las manillas de las puertas, de acero inoxidable, ocultan los bombines de las cerraduras, tres tipos de llantas, colores de evocación náutica, conectividad total, navegador etc. Más información en la web de Rolls-Royce.
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