Vilner Design celebra el décimo cumpleaños del Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé vistiéndolo de etiqueta.
Vilner Design renueva un Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé a golpe de piel.
Eso que dicen acerca de la pérdida de valor de un vehículo en cuanto cruzas con él la puerta del concesionario, no aplica a los coches de lujo, éstos no sólo no pierden valor sino que lo ganan con el paso de los años, un valor que además se multiplica si caen en manos de firmas como Vilner Design.
El último trabajo de esta excepcional firma búlgara es el rediseño del interior de un Rolls-Royce Phantom Drophead Coupé de 10 años que no sólo no es un coche viejo sino que lo es más de lujo que nunca porque ahora viste de etiqueta; el cuero blanco se ha convertido en absoluto protagonista del interior del vehículo ocupando no sólo sus asientos sino también las molduras de las puertas y el perímetro del salpicadero; la tapicería está además perforada por un doble motivo, uno funcional y otro estético: los asientos están calefactados de ahí que fuera necesario perforar el cuero y se ha perforado formando dos R entrelazadas como guiño a Rolls-Royce. El último toque de elegancia y distinción de este renovado Rolls son los detalles en tono cereza en el perfil de los asientos, en el logo grabado en los reposacabezas y en los cinturones de seguridad que se tintan también en este elegante color.
Los elementos en madera del salpicadero han sido también tratados con tres capas de laca y han sido además pulidos; con este último detalle se completa la reforma del interior de un coche de lujo del que no ha cambiado nada ni en el exterior -más allá del cambio en el interior que, al ser un descapatoble, es más que notable a simple vista- ni tampoco en la motorización, mantiene la misma que se le montó hace 10 años, al fin y al cabo ¿qué se puede mejorar en un motor de 460 CV?.