Superdeportivo de lujo: Bentley Continental 24. El mejor homenaje posible a Nürburgring.

Hay fechas en las que al aficionado al motor le gustaría multiplicarse para poder atender como merecen los diferentes eventos que concentran. Este fin de semana de mayo ha sido, sin duda, uno de ellas, con la coincidencia de las 500 Millas de Indianápolis, el Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 y las no menos míticas 24 Horas de Nürburgring. Nosotros nos quedaremos con ésta última, pues es la motivación para la nueva edición especial de la marca británica, el Bentley Continental 24, homenaje al circuito germano y a los tres Continental GT3 que participan en la prueba del Infierno verde.

La base de cada una de las 24 unidades -tenía que ser esa cifra- que compondrán la edición limitada será el Bentley Continental Supersports, su deportivo más poderoso y el modelo de serie de cuatro plazas más rápido del mundo, toda una opción a tener en cuenta incluso sin edición especial o limitada que lo mejore.

De entrada, se puede optar entre personalizar la edición especial con dos espectaculares decoraciones sobre la combinación de colores Black Crystal con un Monaco Yellow o un St. James Red, toda una declaración de intenciones a la vista del agresivo resultado, aunque existe la opción más «tranquila», al menos en lo cromático, de elegir un tono uniforme.

El perfil de las llantas de 21 pulgadas combinarán con la elección cromática elegida, mientras que espejos, pinzas de freno y otros detalles mantendrán el negro. Si nos desplazamos al interior, encontramos materiales y detalles al nivel esperado en una edición limitada de la marca británica, con atención al emblema exclusivo en los reposacabezas que lo identificará como una de los 24 unidades que la componen.

En cuanto al alma del Bentley Continental 24, se mantiene del Supersports el motor W12 de 6 litros Twin-Turbo, que nos mantendrán en el asombro con sus 710 CV de potencia y los 1017 Nm de par máximo para alcanzar en 3,5 segundos los 100 km/h y una velocidad máxima de 330 km/h. Para terminar el homenaje, tan sólo haría falta un viajecito a Nürburgring.