Coches para soñar, para seguir al meternos en el taxi imaginario que a veces son nuestros sueños. Coches de película, algo más que cuatro ruedas. El cine está repleto de vehículos tan protagonistas como sus conductores, si no más. Que sería de Regreso al Futuro sin el De Lorean, de James Bond sin sus coches llenos de recursos, del Steve McQueen de Bullitt sin el Ford Mustang… Y sobre todo, que sería de nosotros si no pudiésemos soñar -sobre todo despiertos- con conducir cualquiera de esos coches hacia un horizonte donde no nos importa lo que nos espera, sino cómo vamos hacia él.
Starksy era el moreno, Hutch el rubio, y tú y yo eramos unos críos, y nos repartíamos los papeles y la conducción de lo que a buen seguro fue mi primer coche de ensueño. El tomate con rayas -como le llamaba Hutch- del que ni siquiera sabíamos la marca o el modelo, porque lo único que importaba era que lo llevaban los policías más chulos de la tele.
Hay un antes y un después de la película «Un trabajo en Italia» para apreciar al Mini y su agilidad para moverse en las más asombrosas acrobacias callejeras. Después de verla, es sufrir un atasco y soñar con que tu coche se convierte en un Mini, tu en Michael Caine y que llegáis a trabajar saliendo de los tejados de la calle de enfrente.
La mejor persecución de coches de la historia del cine. Teniendo en cuenta que Bullitt fue estrenada en 1968, los diez minutos largos en los que Steve McQueen y su Mustang huyen por las calles de San Francisco son un motivo más que suficiente para colocarlos en esta lista.
Que levante la mano quien no se haya planteado alguna vez conducir el De Lorean de Regreso al Futuro a través del tiempo, o en su defecto, acercarse al taller y que le instalen un simple condensador de fluzo a su coche…
Sin duda el más emblemático de los coches conducidos por el agente 007 en sus correrías para salvar al mundo y llegar a tiempo para el Martini y la chica Bond de turno. Y nosotros pensando que con ese coche… cualquiera podría.
La genial Gracita Morales y un Dos Caballos. Y la sonrisa acude a nuestro rostro. En este caso, casi vale más la compañía que el modelo de coche, por otro lado uno de los más divertidos y populares modelos de la historia.
Todos los sueños tienen el peligro de convertirse en pesadillas, como ocurre en la novela de Stephen King y su posterior adaptación cinematográfica con Christine, un coche tan bello como mortal…
Rodar… y deslizarse, volar, navegar. Y el casco más buscado, la bicicleta de look retro, el coche customizado por la firma de moda, el patín sólo apto para ejecutivos… Creaciones que transportan nuestros sueños.
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