Prada, brillante.

La firma Prada dirige su mirada a las jovencitas, aquéllas que no se pueden permitir uno de sus perfumes pero que sabrán cómo convencer a sus madres para que se lo regalen. ¿Que cómo las convencen? Usando el de ellas, claro…

Prada Candy es un canto optimista que incita a ser apasionada, exagerada, y un pelín extravagante. Un concepto inesperado en la italiana que expresa un repentino deseo por llevar las cosas al límite, el perfme al límite. Y con Candy, lo consigue. Porque este perfume dulzón y goloso, repleto de notas acarameladas es… excesivo. Sin embargo, no empalaga. Abre boca y endulza la pituitaria y el paladar que desean más.

Léa Seydoux, nueva niña prodigio del cine francés, protagonicza la campaña. Sus labios reventones en escarlata inenso contrastan con los tonos dorados del frasco que lleva impreso nombre y marca en una cinta de piel Saffiano rosa brillante. Pero mucho más fascinante que el frasco es la caja decorada por el ilustrador François Berthoud, es tan bonita y tan especial que querrás conservarla.