La diosa del sol.

Cuentan que hubo un tiempo en el que el sol no era dios sino diosa y reinaba entonces la luz y el calor en el cielo, sobre los campos y la vida… hasta que el dios de la tierra y el mar se enfrentó a la diosa destruyendo sus campos, su hilandería sagrada y dando muerte al caballo celestial. El día que se vio inmersa en aquella batalla, la diosa huyó envuelta en temor, dolor y rabia, inconsciente del valor de sus rayos y sintiendo siempre lejos, al borde sólo de una caricia que nunca llegaba, al dios de la luna y la noche.

La tierra se convirtió entonces en un reino de sombras y penumbra y su dios, que lo era también del rayo y el mar, fue desterrado de su cielo quedando sólo la luna y la noche frente a un mundo oscuro, frío, triste, ausente, vacío…

Eran los tres hijos de Izanagi, entre quienes había repartido su reino antes de acomodarse en su retiro celestial; fue tras su partida que se desencadenó la batalla y el desastre… pero éste es sólo el principio de la historia… Cuentan también que Susanoo, el dios del rayo, la tierra y el mar, obtuvo el perdón por su pecado y volvió al cielo con sus hermanos Tsukoyomi, el dios de la luna y la noche, y Amaterasu, la diosa del cielo y el sol porque ella, un buen día, el mejor de los días, salió de la cueva a la que había huído y, viendo su luz y su brillo reflejado en un espejo, supo que no era la cueva su lugar sino la vida.

Y así debe pretender Therry Mugler que nos sintamos al envolvernos en su perfume, como Amaterasu frente a su reflejo y su luz: bella, hermosa, brillante, especial, espectacular y única, así como quien era ella, antepasado y parte de un linaje de luz, el de la familia imperial del país del sol naciente.

Tendremos que esperar a septiembre para descubrir la magia y el irresistible poder de atracción de este nuevo aroma, pero conocemos ya algunos de sus secretos: el resplandor y el brillo floral del jazmín de sambac, heliotropo e iris; la calidez de la madera de cashemira; la sensual caricia del ámbar blanco y la vainilla; y mirra, esencia de dioses… y quintaesencia de Alien, Alien essence absolue.

Perfumes Thierry Mugler