El centenario de Álvarez Gómez.
Un frasco de 300 ml de inspiración Art Decó para celebrar el centenario de Álvarez Gómez.
Conseguir que una marca cumpla cien años requiere trabajo, perseverancia y conlleva numerosos éxitos a la vez que incontables fracasos. En 1912, tres primos procedentes de los valles leoneses de Babia y Laciana iniciaron la producción del Agua de Colonia Concentrada Álvarez Gómez. Su atractiva composición, prácticamente igual a la que se comercializa en la actualidad, hizo que solo unos pocos años después, en 1930, sus ventas alcanzaran los 30.000 frascos.
Poco a poco, la firma Álvarez Gómez se fue haciendo un hueco un muchos y muy diferentes hogares. Artistas, políticos y caras conocidas se dejaban ver en la perfumería inaugurada por la firma en 1951, situada en el número 14 de la Calle Serrano, en plena milla de oro madrileña.
Su secreto ha ido transmitiéndose generación tras generación, lo que la ha convertido en un agua de colonia atemporal y clásica que ha conservado su frescor con el paso de los años. Una de sus claves, sinónimo de calidad, es haber conseguido reunir los mejores aromas de toda la geografía española: desde el limón del levante hasta la lavanda mediterránea, el eucalipto, el espliego, el romero y la bergamota.
La edición conmemorativa del centenario concentra la ilusión y el buen hacer de esta familia en un frasco de 300 ml con inspiración Art Decó, toques dorados y el icónico sello de la firma con un león abrazando las letras A y G. Tiene un precio de 23 euros.