La belleza y el simbolismo en la obra de Isabel Baquedano.

Museo de Navarra y Museo Universidad de Navarra acogen 'De la belleza y lo sagrado', la primera retrospectiva dedicada a la artista Isabel Baquedano.

Está inventando la pintura. Está inventado su pintura. Ni ella misma cuando empieza un cuadro sabe por dónde tiene que caminar, pero resulta que ya está en ese espacio y lo encuentra”. Así habla Antonio López sobre la obra de Isabel Baquedano. Y es que para él, la artista navarra es única: “cómo usa los colores, las formas; cómo hace desaparecer una figura”.

Estas declaraciones del pintor Antonio López forman parte de la presentación de la obra de Baquedano en el Museo Universidad de Navarra y el Museo de Navarra. Se trata de la primera retrospectiva dedicada a esta pintora que, tras su paso por el Museo de Bellas Artes de Bilbao, propone un recorrido historiográfico por la larga trayectoria profesional y vital de la artista.

Isabel Baquedano, el alma de la llamada Escuela de Pamplona, nació en Mendavia en el año 1929. La Guerra Civil sorprendió a la familia en Zaragoza, donde vivían desde varios años antes. También la muerte repentina del padre en 1938 condicionó de manera decisiva la vida familiar. No obstante, tanto la madre viuda como la hermana se trasladan a Madrid para impulsar la formación artística –que ya apuntaba desde la infancia– en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Residió de forma continuada en Pamplona desde 1957 hasta 1988, año en que finalizó su experiencia como profesora en la Escuela de Artes y Oficios de la capital navarra. Allí se convirtió en referente de la mayoría de los pintores navarros de la época, además de trasladar y difundir un concepto de la pintura que influyó de manera inequívoca en casi todos los pintores figurativos de su entorno.

Comenzó a exponer muy joven. En 1961, con veinticinco años, ya expuso por primera vez en Pamplona; en 1963, lo hizo en Madrid. Sus primeras obras, muy cercanas a la estética realista, recrean escenas urbanas, casi siempre con figuras inmersas en la soledad y el silencio. Tal aislamiento provoca una inquietante sensación de extrañeza y desasosiego que hacen pensar en Hopper. También se detuvo en movimientos tan diversos como el postcubismo, el informalismo, la nueva figuración, el expresionismo o el Arte pop. En esa época comienza también una construcción del cuadro basada en la utilización de imágenes fotográficas articuladas mediante el color.

Su trabajo como docente le permitía dedicarse a la pintura sin agobios económicos y profundizar y perfeccionar su personal estilo artístico. Isabel Baquedano es dueña de una elevada visión de la pintura gracias a sus conocimientos de la Historia del Arte. Su obra bebe de diversas fuentes, entre ellas las del arte antiguo. «Pero no se nota», dice Antonio López.

Durante los años 70 su obra evoluciona hacia la representación de lo biográfico y en la siguiente década, debido en gran parte a los cambios radicales de la época, la artista experimenta –más si cabe– con las formas y el color, introduciendo motivos inesperados y maneras nuevas de pintar, que la conducirían inexorablemente hacia los temas religiosos.

A partir de 1994, la historia del Antiguo y Nuevo Testamento ocupó el trabajo de Isabel Baquedano durante más de dos décadas. No parece sencillo distinguir el enlace de la obra realista con la pintura bíblica. Sin embargo, observados en su conjunto, los cuadros religiosos indican que el papel jugado por la fotografía en la etapa realista lo cumple ahora el dibujo.

Presentada ahora de manera simultánea en el Museo de Navarra y el Museo Universidad de Navarra a través de dos exposiciones complementarias, De la belleza y lo sagrado ofrece la oportunidad de percibir la vida de Baquedano a través de su pintura, como si lo vivido y lo pintado fueran indisolubles. De hecho, lo son.

Los dibujos y trabajos de los primeros años 50 abren la exposición del Museo de Navarra y muestran la disposición natural de Isabel Baquedano para el arte, como si lo conociera desde siempre. «Durante el recorrido de las dos exposiciones de Pamplona, al contemplar las obras en su conjunto, resulta sorprendente que, a través de los cambios de técnica de un tiempo a otro, los cuadros mantengan una misma función biográfica«, explican desde el museo.

Con motivo de la exposición, el Museo Universidad de Navarra ha programado una serie de actividades complementarias, entre las que destacan la masterclass de Ángel Bados (su comisario junto a Miriam Alzuri) y el concierto a cargo de Raquel Andueza & La Galanía. El Museo de Navarra ha preparado una mesa redonda con discípulos de Baquedano y una conferencia de Adelina Moya.

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Isabel Baquedano. De la belleza y lo sagrado. Del 10 de septiembre de 2020 al 10 de enero de 2021.

Más información Museo de NavarraMuseo Universidad de Navarra



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