Parmigiani Fleurier Toric Quantième Perpétuel Rétrograde.

El calendario perpetuo es, de entre todos los tipos existentes, el que supone una mayor complicación. La explicación es tan sencilla en su exposición como exigente en su ejecución.

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En tanto que un calendario completo precisa ser corregido al final de cada mes, el calendario anual únicamente precisa de ajuste manual el 28 de febrero de cada año. Por su parte, el calendario perpetuo no precisa de la intervención del portador del reloj en ningún momento, es decir, el mecanismo es capaz de distinguir por sí solo los meses de 30 y 31 días, así como los años bisiestos, en los que febrero tiene 29 días en lugar de 28. Por norma general, los calendarios perpetuos que se manufacturan actualmente no precisarán de corrección alguna hasta el año 2100.

La Colección Toric de Parmigiani Fleurier es la más clásica y atemporal de cuántas llenan las páginas del catálogo de esta manufactura. Así pues, tiene sentido que haya sido la escogida para implementar una complicación que lleva siglos representando una de las más codiciadas por los coleccionistas. La caja del Toric Quantième Perpétuel Rétrograde toma el oro rojo para la construcción de su caja, una caja que, con un diámetro de 42,5 mm y una altura de 12,1 mm, implementa un exquisito bisel acanalado habiendo experimentado un rediseño en pos de optimizar la comodidad para su portador.

El color pizarra de la esfera combina de manera perfecta con la tonalidad de la caja. Además, esta esfera ha servido de lienzo para que los artesanos de Parmigiani Fleurier hayan esgrimido todo su saber hacer aplicando una decoración guilloché cuyo patrón evoca la disposición concéntrica de las agujas de una piña de pino, una de las muchas expresiones del número áureo que podemos encontrar en la naturaleza.

Atendiendo a las indicaciones y a su ubicación, las agujas de horas y minutos presentan una construcción semiesqueletizada, con punta de flecha rellena de tratamiento luminiscente. Compartiendo el mismo eje central, una tercera aguja en oro rojo como las anteriores y con un contrapeso en forma de media luna, es la responsable de apuntar a los segundos del movimiento. Y hay una cuarta, la que se encarga de apuntar a la escala en forma de arco del fechador que, además, está dotado de un movimiento retrógrado.

El resto de las indicaciones del calendario perpetuo, además de la fase lunar de precisión ubicada a las seis sobre un disco de aventurina, las encontramos albergadas en tres discretas ventanillas. Las dos primeras, de forma rectangular, se sitúan a ambos lados del centro de la esfera y ligeramente desplazadas hacia abajo. La de la izquierda informa del día de la semana en tanto que la de la derecha hace lo propio con el mes. Finalmente, a las 12 y por encima del logotipo de la manufactura, una tercera ventanilla, circular en este caso, informa del año bisiesto.

La trasera del Toric Quantième Perpétuel Rétrograde monta un cristal de zafiro que permite observar el calibre PF317 que late en su interior. De remonte automático y 28.800 alternancias por hora, la reserva de marcha disponible con toda la cuerda dada es de 50 horas gracias a dos barriletes montados en serie. La pieza se completa con una correa de piel de aligátor color habano de Hermès con un cierre del tipo hebilla en el mismo material de la caja.

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