Omega Speedmaster Dark Side of the Moon Apollo 8.

Omega nos lleva de nuevo a la Luna, esta vez para celebrar el 50º Aniversario de la misión Apollo 8, aquella que, en diciembre de 1968, resultó ser la primera misión tripulada en salir de la órbita terrestre, orbitar alrededor de nuestro satélite y regresar a la Tierra sana y salva. Efectiva e inevitablemente, la pieza escogida para la ocasión responde a un nuevo modelo de la Colección Speedmaster, el bautizado como Dark Side of the Moon Apollo 8.

El resultado es ciertamente espectacular. El material escogido para la construcción de la caja es la cerámica negra – técnicamente conocida como óxido de zirconio – que también encontramos en la corona y en los pulsadores del cronógrafo. El blanco y el amarillo, este segundo la gran novedad de este Speedy y utilizado por primera vez en esta colección en un modelo Speedmaster Racing de 1968, completan el trío de colores presentes en este Omega.

Pero lo que hace realmente especial al Speedmaster Dark Side of the Moon Apollo 8 es su esfera esqueletizada y el movimiento que late en su interior. La combinación ofrecida por ambos responde a una representación de la Luna y sus dos caras. La iluminada, la visible desde la Tierra, es la que ocupa la parte de la esfera del guardatiempos. La oculta, la oscura, aquella que vio por primera vez Jim Lovell desde el Apollo 8, la encontramos en la trasera del reloj. Omega renuncia a la última tecnología de sus calibres Master Chronometer para respetar al legendario 1861 como motor de este Speedmaster. Pero ojo, no se trata de una 1861 cualquiera, ya que muchos de sus componentes han sido objeto de un ennegrecido y grabado a láser para reproducir la superficie lunar.

El anillo que rodea el panel de zafiro del fondo de la caja repite la cerámica negra como material y recibe la leyenda “DARK SIDE OF THE MOON” acompañada del nombre y la fecha de la misión espacial “APOLLO 8, DEC 1968” así como de la cita “WE’LL SEE YOU ON THE OTHER SIDE” (Nos veremos en la otra cara) pronunciada por Jim Lovell, el piloto del módulo de mando a bordo del Apollo 8, al iniciarse la parte de la órbita que rodeaba la cara oculta de la Luna, nunca vista hasta entonces por ningún ser humano.