Playground Labyrinth En busca del tiempo perdido con Hautlence.
Recupera la infancia con un reloj que no es un reloj. Mira al tiempo con otros ojos y verás Playground Labyrinth
Tómate tu tiempo para desconectar. Escapa. Aprecia. Comprende. Imagina… sí imagina un reloj que no es un reloj, que es un objeto inútil pero totalmente indispensable. Que ni siquiera te da la hora. La firma suiza Hautlence ha detenido el tiempo y se atreve a presentar un reloj que no marca la hora, pero con el que reafirma la excelencia relojera. Playground Labyrinth te conduce a la desconexión en un mundo en el que estamos hiperconectados con el smartphone, el ordenador, la tablet… Necesitamos un respiro, un momento de calma.
Exploramos Playground Labyrinth y ¿qué vemos? Un juego de habilidad. Un juego con un laberinto como el que teníamos cuando éramos pequeños y pasábamos el tiempo distraídos tratando de dominar la bolita y conseguir nuestro objetivo: ganar la partida encajándola en el orificio. Toda nuestra atención y todos nuestros sentidos estaban puestos en el juego que era todo un desafío a nuestra habilidad. Los niños no se rinden ¿El tiempo? A los niños no les importa el tiempo si están entretenidos y se divierten.
La creación de Hautlence nace de la reflexión de la utilidad de la inutilidad, de la despreocupación por el tiempo. El laberinto que la firma suiza ha creado exige máxima concentración. Es un regreso a la infancia, a los juegos, a la memoria de Sandro Reginelli, cofundador y CEO de la firma, que recuerda con nostalgia los juguetes antiguos con los que se entretenía cuando visitaba a sus abuelos. El tiempo de la infancia es otro.
Hautlence ha dibujado en la esfera de Playground Labyrinth, un reloj que no es un reloj, un laberinto en oro macizo que recorre una bolita de platino forjado. El juego comienza cuando se acciona la corona y el ingenioso elevador mecánico hace saltar la bola. El sistema de levas tiene engranajes cónicos y 9 rubíes. Su acabado arenado con satinado vertical y ángulos diamantados es visible a través del cristal de zafiro del fondo.
Frente a la dictadura de las horas, Hautlence nos sugiere la desconexión a través del juego. La marca recupera una de sus señas de identidad: la caja rectangular, y sigue los dictados de la más pura tradición relojera. Hay dos Playground Labyrinth, pero no serán los únicos porque Hautlence no quiere que el juego pare nunca y no quiere dejar de buscar la excelencia y que nos reencontremos con la calma.
Hautlence ha versionado Playground Labyrinth con caja de 37 x 43,15×13 mm en titanio de grado 5 satinado y con la esfera Labyrinth en oro macizo en rosa o gris satinado vertical con pulsera de piel de aligátor de Luisiana marrón y negra, respectivamente. En los dos casos se trata de versiones en edición limitada de 18 ejemplares.
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