El reloj de pulsera más complicado de la historia.

La manufactura de relojes de lujo más emblemática, es decir, Patek Philippe, cumple 175 años de vida. Para celebrarlo, la casa ha creado una colección de relojes de edición limitada en la que la estrella es, sin duda, el Grandmaster Chime ref. 5175R, el modelo de pulsera más complicado que jamás se haya creado hasta ahora.

Con un peso que supera el kilo, no es un reloj para tomarse a chiste, ya que se trata de una pieza única, el epítome del lujo. Su interior combina complicaciones como las sonerías grande y pequeña con otras como el calendario perpetuo, pero no será por complejidades. De hecho, es una marca de la casa que cada cumpleaños de altura se celebre con un reloj que bata récords en este campo (hace 25 años, en 1989, fue el Calibre 89 el que se presentó).

Ya el diseño no da lugar a dudas de que el Grandmaster Chime es una pieza de gran lujo. Especialmente por su caja de oro rosa de 19 quilates, con un grosor de 16,1 milímetros y un diámetro de 47,4 mm. Además, es una caja giratoria, es decir, tiene dos esferas. En la primera se ve, además de la hora marcada por las tres manecillas clásicas, el calendario perpetuo o una esfera más pequeña de 24 horas. En la segunda, un calendario completo, marcando meses, días de la semana, año… en cuatro esferas y una ventana.

Son 20 las complicaciones que se integran, incluyendo fases lunares o el indicador del movimiento de reserva de carga. Su calibre 300 consta de 1.366 piezas e incluye seis patentes diferentes en mecanismos nuevos. De hecho, el movimiento es más grande él solo que algunas piezas completas de Patek.

Serán siete las unidades que se van a crear de este Grandmaster Chime ref. 5175R, pero solo seis las que se pongan a la venta, ya que la primera de ellas estará para siempre en el museo de Patek Philippe en Ginebra. Su precio, a la altura del objeto, 2,5 millones de francos suizos (o lo que es lo mismo, más de dos millones de euros).