Diez artesanos en busca de la belleza.

Son relojes, pero ante todo piezas de arte, obras maestras que necesitan de un trabajo sin igual, el de la unión de artesanos expertos en oficios tradicionales que, desgraciadamente, cada vez es más complicado de encontrar. En este caso, el de diez expertos que se han turnado para reinterpretar la cultura otomana, la china, la hindú y la francesa en piezas únicas: la de los relojes de la colección Métiers d’Art Fabuleux Ornements de Vacheron Constantin.

Cada una de estas regiones ofrece una particularidad. Así, de Turquía se coge la arquitectura medieval; de china, su bordado; de India, sus fabulosos manuscritos y, finalmente, de Francia se toma como inspiración el mundo del encaje. Cada uno se ha traducido en una pieza, cuatro modelos esqueleto de mujer equipados con un calibre etéreo grabado a mano, que evoca la preciosa decoración de la esfera.

Se han utilizado todo tipo de materiales preciosos. Por ejemplo, en el modelo Glíptica, inspirado en el bordado chino, hay un ‘cloisonné’ de rubíes, granates y cupritas y tabiques de oro blanco. En el Guilloché, el francés, un esmalte ‘grand feu’ y engaste de zafiros y diamantes. Para el otomano, celosías en oro rosa y base de nácar blanco con enrejado de oro y perlas. Y para el hindú, esmalte y oro blanco.

Belleza externa, pero también por dentro. Hablamos de un movimiento ultraplano de oro de 18 quilates y solo 1,64 milímetros de grosor en un engranaje de ruedas grabadas, con el estiraje de los puentes realizado a mano con una lima y con todas las piezas biseladas y moldeadas también artesanalmente.

Los relojes de la colección Métiers d’Art Fabuleux Ornements han sido distinguidos con el prestigioso Punzón de Ginebra. Instaurado por el Gran Consejo de la República y Cantón de Ginebra en 1886, es un sello de calidad único de origen independiente que no atañe exclusivamente al calibre, sino a todo el reloj. De cada modelo se ha realizado una serie limitada de 20 piezas.