Cronógrafo en órbita.
Un Titán para caballeros con clase y estilo, sin duda.
En los años de la guerra fría, la carrera espacial era mucho más que una cuestión de tecnología. Los rusos, con más creatividad que presupuesto, llevaron la delantera a un Estados Unidos que contaba con la mayoría de las grandes mentes científicas del mundo y un enorme presupuesto.
El 12 de abril de 1961 Yuri Gagarin se convertiría en el primer humano en llegar al espacio adelantándose al programa Mercuy de la NASA que en respuesta el 5 de mayo del mismo año, menos de un mes después, lleva a Alan Shephard a una órbita subespacial aunque tardaría casi un año en alcanzar a los rusos poniendo un hombre en el espacio. Sería John Glenn el 20 de febrero del 62 y utilizaría por primera vez el cohete con el que el programa Mercury logró poner en órbita también a otros tres más de los siete Cosmonautas del proyecto: junto a Glenn, Carpenter, Schirra y Cooper, convertidos por ello en héroes nacionales.
La mitología griega tenía a un Titán que sostenía la bóveda del cielo cuyo nombre los americanos consideraron más que apropiado para el cohete que les llevaría más allá: Atlas. Y Atlas es también el nombre de este espectacular reloj cronógrafo de Tiffany & Co de 40mm hecho en suiza en acero inoxidable, disponible con la esfera en blanco o en negro y correa negra de piel de cocodrilo y que soporta los 100 metros de profundidad de inmersión. Su diseño es soberbio y los 7.800 dólares que cuesta explica que comparta nombre con un cohete espacial.
Elegantísimo y para caballeros con clase y estilo, sin duda.