Big Ben.

Impecable, elegante, digno de un gentleman de puntualidad británica.

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La Gran Campana de la torre del reloj de Westminster dio la hora por primera vez el 11 de julio de 1859. Era la recta final de las obras de reconstrucción del antiguo Palacio destruido por un inmenso incendio.

Aquella, ésta de hoy, no era la primera torre emplazada en Westminster, antes que ella y terminada en 1290 reinando Eduardo I tenía ya además un reloj y una campana que daba las horas, sustituida en 1367 por otra, la primera en Inglaterra que daba las horas con un repique de campanas. En 1707 ésta fue demolida por los fallos estructurales y sólo durante los trabajos de reconstrucción del Palacio tras el incendio se contempló la posibilidad de que el Parlamento contara otra vez con una torre… y un reloj.

Es conocida en todo el mundo como Big Ben, pero éste es el nombre que originalmente se le dio a la campana mayor que se rompió durante las pruebas a las que se la sometía en tanto se terminaba de construir la torre. La segunda heredó el nombre, aunque también se agrietaría dos meses después, al poco de entrar en funcionamiento el colosal y magnífico reloj, por lo que estuvo inactiva cuatro años hasta que se encontró solución. Desde entonces no ha dejado de dar la hora con la precisión y fiabilidad de la que hace fama el reloj de la torre de San Esteban (o del Reloj) de Westminster.

Este Big Ben de Colomer & Sons, con su clásica garantía de por vida, es también digno de admiración. De 42 mm sin la corona, cristal de zafiro anti ralladuras, correa de cuero y caja de acero inoxidable, con indicador de mes, semana, día, hora, minuto, segundo y una reserva de marcha de 40 horas, su impecable, elegante e imponente aspecto lo convierte en un reloj digno de un gentleman de puntualidad británica.

colomerandsons.com

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