Kusama le pone el punto a Vuitton.
Obsesión y en serie, dos conceptos que derivaron en unos estampados caleidoscópicos.
La verdad es que el mundo está lleno de gente genial. Gente que aporta luz a las cosas, que consigue sacarte una sonrisa y que pienses que la existencia de un mundo mejor, más bello y más útil es posible.
También es cierto que en los últimos años la frase “la unión hace la fuerza” cada vez toma más sentido. Muchas son ya las empresas que han decidido mirar hacia afuera, porque han encontrado en la suma la mejor evolución para sus marcas.
Y así escritores, fotógrafos, ilustradores, pintores o arquitectos, se han convertido en las varitas mágicas de prestigiosas firmas de moda y complementos.
Es el caso del nuevo fichaje de Louis Vuitton. Ellos, siempre tan dados a los tándems creativos, esta vez han apostado por la artista japonesa Yayoi Kusama. La historia viene de lejos, ya que Marc Jacobs, Director Artístico de la Maison, ha tenido siempre debilidad por las obras de la genial Kusama.
Ella de melena roja y lunares por doquier, lleva el LOVE FOREVER como enseña de su arte. Y alguien que postula el amor para siempre sólo puede aportar cosas muy buenas.
Los puntos de arranque de esta colección fueron obsesión y en serie, dos conceptos que derivaron en unos estampados caleidoscópicos que cubren los productos de la firma francesa por todas partes, mostrando las ilimitadas posibilidades de jugar con escalas, colores y densidades.
En definitiva, que hay historias que enamoran, y esta lo hace.