Se encuentran Mortadelo y Jason Bourne…
...y de la improbable mezcla surge una película llamada Argo.
…y de la improbable mezcla surge una película llamada Argo. Independientemente de los chistes que debido a su similitud de pronunciación con «algo», lo anterior no debe ser tomado como una crítica o simplemente un chiste. Argo es una muy entretenida película sin grandes alardes pero sólida. Un producto que parece «de antes», pero no por su argumento o sus imágenes, sino porque no tira de efectos especiales, grandes estrellas o polémica para ser una más que digna manera de pasar la tarde en el cine.
De nuestro entrañable agente de la TIA tiene el argumento, o más bien la idea central del plan de rescate de unos diplomáticos americanos en el Irán de finales de los 70 por parte de la administración norteamericana: la invención del rodaje de una película de Ciencia Ficción tirando a cutre (Que es la que da título al film: Argo) y la normalidad casi anticinematográfica de los personajes. Y de Bourne la complejidad de ese montaje que puede aparecer sencillo en apariencia pero que va mostrándose toda su verdadera dificultad a lo largo de la película, con esas tramas de personajes de la CIA muy preocupados en sus despachos y reuniones.
Pero Ben Affleck, que combina en esta cinta las funciones de director y protagonista, sabe perfectamente mantener la historia en un tono tan creíble como ameno, hilando situaciones, problemas, personajes y soluciones con un ritmo muy aceptable. Ni acaba siendo una parodia ni una exageración, quedándose en una buena película. A destacar la pareja de actores que encarnan a los encargados de llevar la farsa a buen puerto en Hollywood, el siempre efectivo John Goodman y Alan Arkin.
Ideal para tachar esa casilla que todos llevamos en la mente: «ver la película ganadora del Oscar» y además disfrutar del cine como se hacía antes, con la seguridad de ver algo que merezca la pena.