Veneno en la piel.

En 1985, un nuevo perfume irrumpe en el sector. Con vocación de mito y dispuesto a sorprender por su excepcional alquimia oriental, el recién nacido en la Maison Dior arrasa con todo lo escrito, provocando una auténtica revolución en el universo aromático de la época. Poison se llama la criaturita que, haciendo honor a su inquietante nombre, impone sin contemplaciones su “venenosa” seducción.

A partir de entonces, cada fragancia Poison se reinventa desplegando todo su magnetismo, audacia y misterio en un juego incesante de notas picantes profundamente sensuales: Pure Poison, Midnigth Poison, Tendre Poison…, van trazando el mapa de seducción de una poción mágica que conduce irremediablemente al encuentro clandestino con una mujer fatal de mirada esmeralda y aura turbadora, Mélanie Laurent, la portadora del nuevo filtro secreto del universo Poison.

Se trata de Eau Secrète, la nueva variación juguetona de Hypnotic Poison creada por el nariz François Demachy que, entre ligereza embaucadora y embrujo refinado, sorprende otra vez gracias a su inesperado frescor. Nuevos ingredientes –mandarina siciliana, naranja y bergamota de Calabria– preceden al ya clásico corazón de jazmín sambac para terminar con la sensualidad avainillada que marca la identidad original de la fragancia.

Seductor, atrevido, magnético y deliciosamente salvaje, el frasco de Hypnotic Poison Eau Secrète conserva tanto la fuerza volcánica de su rojo pasión –al que se añaden ardientes degradados y cristal en fusión–, como su forma de manzana de amor aunque algo más estilizada, creando así una evocadora sensación de ligereza y elegancia que revela la delicadeza del nuevo aroma secreto.