El olor del deseo físico.

La última entrega de la saga Code de Armani es éste espectacular Code Sport. Pese a esa etiqueta de sport que se suele asociar con una colonia fresquita para echarse después de la ducha, la fragancia explora claramente otros derroteros: los de la seducción y la atracción física.

La fórmula, escrita por el nariz Jacques Cavallier, es muy novedosa en diversos aspectos. Por una parte, porque mezcla la menta verde, la menta salvaje y la hiernabuena, tres elementos tan complicados que Cavallier ha necesitado un año entero para conseguir hacerlos casar. Por otra parte, Code Sport presenta la mayor concentración de frutas cítricas nunca usada en perfumería. Y, por si fuera poco, inluye ambrox, la molécula sintética que, cuentan, reproduce el olor del deseo físico. Total, un jugo que, en palabras del propio nariz, juega con llamativos contrastes. Algo así como el del hielo crujiente y el aliento cálido.