El pequeño vestido negro.

«Los días rojos son terribles y en esos momentos lo único que me viene bien es ir a Tiffany’s, porque nada malo me puede ocurrir allí.» Holly en el escaparate de Tiffanys, Audrey Hepburn con un Givenchy negro, un «petite robe noir» como los que treinta años antes creara en París una audaz Coco Chanel en tanto que vestía a la otra Hepburn, Katharine, o a la sempiterna belleza de Grace Kelly.

El mismo París en el que el perfumista Jaques Guerlain creara L’Heure Bleue en 1912 y Mitsuoko en 1919, tan clásicos como actuales, cuyos frascos inspiran el de Le petite Robe Noir en manos de Serge Moanseau. Y el pequeño vestido negro -tan eterno como Tiffanys, Audry, Coco, Givenchy, Grace, o las mismísimas creaciones de Guerlain- en la etiqueta y animado por Kuntzel+Deygas correteando por París con la voz de Nancy Sinatra de fondo cantando otro eterno «These Boots Are Made For Walking» que interpretara con su propio y sesentero vestidito negro.

La edición 2012, presentada el pasado marzo, es un por supuesto guerlinade frutado y floral, con pachuli, almendra, frutos rojos, bergamota, rosa, regaliz, té negro ahumado, haba tonka, vainilla e iris. Femenino, dulce, sensual, elegante, atemporal, eterno.

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