Hedwig Eva Maria Kiesler (que pasaría a la historia como Hedy Lamarr) fue una diva del cine americano y fue también una notable ingeniera, tanto que llegó a patentar el primer sistema basado en el espectro ensanchado (sí, ese que permite las comunicaciones inalámbricas sin el que no podemos imaginar el mundo actual ¿quién podría hoy vivir sin wifi?); desafortunadamente para ella, el uso de su invento no se desarrolló hasta tres años después de que la patente caducara así que Lamarr no llegó a recibir los réditos correspondientes a su invención.
Nació en Viena el 9 de noviembre de 1914, su madre era pianista y su padre banquero, ambos de familias judías de la burguesía europea; su inteligencia la delató siempre y no contaba más que 16 años cuando comenzó sus estudios de ingeniería, pero solo tres años más tarde los abandonó porque la vena artística, que también destacaba en su personalidad, pudo más, al menos en aquel momento, y empezó a trabajar en el teatro como alumna del director Max Reinhardt.
En 1933 se convirtió en la primera mujer en aparecer desnuda en una película comercial y también en la primera en simular un orgasmo en la gran pantalla, fue en el film Éxtasis; ese mismo año fue obligada por sus padres a casarse con su primer marido (llegaría a tener seis) Friedrich Mandl, el matrimonio duraría apenas 4 años y Hedwig (pronto Hedy Lamarr) lo recordaría siempre con horror.
A pesar el horror que supuso convivir con un hombre terriblemente celoso que prácticamente la tenía recluída en casa y no le permitía relacionarse más que con sus propias amistades, y siempre estando él presente, Hedwig no perdió el tiempo; se vio obligada a abandonar su carrera de actriz pero retomó sus estudios de ingeniería, animada además por el acceso que tenía a cierta información sensible a través de su marido; y es que Friedrich Mandl era proveedor de municiones, de aviones de combate y de sistemas de control tanto de la Alemania de Hitler como de la Italia de Mussolini; cuentan las crónicas de la época que Hedwig llegó a conocerlos a ambos.
En 1937 decide huír de su marido y de la vida que llevaba, que se le antojaba terrible, y viaja primero a París y de allí a Londres; ya en la capital británica conoció a Louis B. Mayer (sí, el de la Metro Goldwyn Mayer), vendió sus joyas para pagarse un pasaje en el mismo barco en el que el empresario regresaba a Estados Unidos y, cuando desembarcó en tierras americanas, ya tenía un contrato como actriz y un nuevo nombre artístico, acababa de nacer Hedy Lamarr.
Antes de su fallido primer matrimonio había rodado cinco películas, la checoslovaca Éxtasis y cuatro más en Alemania, en Hollywood rodaría unas 30 películas más con dispar éxito pero, con todo, logró hacerse un hueco como uno de los rostros más bellos del cine.
Hedy Lamarr llegó a Estados Unidos con toda la información confidencial que había acumulado durante su matrimonio y se la ofreció al gobierno americano -su todavía marido era simpatizante del fascismo pero ella, como judía, no podía en modo alguno sentirse cercana a Hitler-; pero además continuó compaginando su carrera artística con sus trabajos de ingeniería, lo que la llevaría a patentar, junto al compositor George Antheil, su sistema de comunicación secreta.
Este sistema no sería utilizado inmediatamente porque ofrecía todavía dudas pero años más tarde la empresa americana Sylvania Electronics completaría su desarrollo reconociendo la patente de Lamarr y Antheil a pesar de que ésta había caducado ya.
Se casó cinco veces más, tres antes de obtener la nacionalidad estadounidense en 1953 y en dos ocasiones más después de esa fecha; tuvo un hijo y se despidió del mundo en Florida en el año 2000, sus cenizas fueron trasladadas a Viena tal y como ella pidió.
“The ladder of success in Hollywood is usually a press agent, actor, director, producer, leading man; and you are a star if you sleep with each of them in that order. Crude, but true.”
El mundo está lleno de gente interesante, de gente que aporta, que crea, que sabe… la gente que construye en sociedad, la gente que admiramos, en la que creemos, es ésta.
Abogado, doctorado en ciencias políticas y presidente número 28 de Estados Unidos, Woodrow Wilson nació en Staunton, Virginia, el 28 de diciembre de 1856. + ver
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