Café Society, Kubo y las dos cuerdas mágicas y Elvis & Nixon.
Llega lo nuevo de Woody Allen, pero si hay alguien en la sala que no quiera verlo, tenemos dos propuestas más...
Para alborozo de sus seguidores (los más, creo) y dolor de sus detractores (los menos, pienso), llega puntual a su cita el estreno de «la última de Woody Allen». En este caso, Café Society, ambientada en el mundo del cine de los años 30, un lugar donde hubiera sido curioso pensar cual hubiera sido la situación de Woody Allen. Meditaciones sobre el amor al modo del neoyorquino de las gafas de pasta. Un clásico. Ser todo un clásico parece ser también el destino de Kubo y las dos cuerdas mágicas, a tenor de algunas críticas recibidas por el último producto de la factoría Laika, todo un sello de calidad que dota a sus producciones de animación de una distinción elegante que las separa de las producciones más «populares». Y popular, desde luego, era Elvis Presley, y también un poco más para allá que para acá, sobre todo en la época en que decidió que era una buena idea pedir una reunión con el presidente Nixon, otro que tal bailaba. De esa reunión y de esos personajes, en una clave de ironía, es de lo que habla la tercera propuesta cinematográfica de la semana, Elvis & Nixon. ¿Hace un cine?
Café Society, de Woody Allen
El cine de Woody Allen va camino (si es que no lo es ya), de convertirse en una enciclopédica reunión de columnas literarias -en modo cinematográfico- acerca de las relaciones entre hombre y mujer, sobre todo, pero también entre amigos o entre personas de cualquier tipo de clase y condición. En lugar de cada semana con el periódico del domingo, su pensamiento viene cada año. Pero hay que degustarla de la misma manera: tranquilamente, sin que nada nos moleste, y sabiendo que nos va a dejar el buen sabor de boca que tanto nos gusta.
Kubo y las dos cuerdas mágicas, de Travis Knight
Kubo viene a ser a las películas de animación actuales como esos libros en los que salen construcciones de papel al abrirlos son a las ediciones normales. Su animación se construye a través del papel, como en el juego de origami que también aparece de manera importante en su trama. Nos cuentan un cuento, un cuento precioso, una bella aventura, y mientas pasan las páginas del libro y se construyen maravillas ante nuestros ojos, sólo nos queda disfrutar.
Elvis & Nixon, de Liza Johnson
A finales de 1970, a un cada vez más desconectado de la realidad Elvis Presley se le ocurre que sería buena idea que el presidente de los USA, a la sazón un tal Richard Nixon, le recibiera en la Casa Blanca y le entregara una placa para luchar contra las drogas (entre las que no debía incluir las anfetaminas que consumía como pipas). De ese improbable (aunque completamente real) encuentro surge la historia de Elvis & Nixon. Lo mejor, la ironía corrosiva sobre los personajes y los dos actores que los interpretan (Michael Shannon y Kevin Spacey). Geniales.