De relojes y destinos: Italia

Si bien es verdad que más de las tres cuartas partes de los relojes de todo el mundo son producidos en Suiza y que la mayoría de las marcas que los producen también son o residen en el país helvético, no es menos cierto que existe un pequeño número de firmas originarias de otros países, como es el caso de Italia, Alemania o Japón, por poner tres ejemplos significativos.

De origen italiano son las marcas Anonimo, Officine Panerai y Bulgari; las dos primeras son florentinas, mientras la tercera es romana, y las tres tienen en común -al margen de sus diferencias conceptuales y estilísticas- el lugar de producción y la tecnología: suiza.

Anonimo nace en Florencia en 1997 y es conocida, además de por el empleo del bronce en sus cajas –material que se puso de moda en relojería hace escasos años- por sus modelos Militare, Polluce, Nautilo o Millemetri (relojes herméticos a 10.000 metros). Comprada en 2003 por un grupo de inversores privados, Anonimo sigue su desarrollo en Suiza sobre nuevas bases. La colección de este año nos deja dos bellos ejemplos: Militare Alpini Camuflaje y Militare Vintage.

Quizá más conocida por el gran publico y adorada por paneristi de todo el planeta, Officine Panerai es ya un clásico de la Alta Relojería. Nacida en 1936 como pequeño taller de relojería florentino, su etapa comercial se inicia también en los años 1990. Pertenece al grupo Richemont y cuenta ya con treinta y tres calibres propios que se producen en su híper vanguardista manufactura de Neuchâtel, Suiza. La marca investiga en nuevos materiales y en complicaciones que le han llevado a crear una pieza extraordinaria: Radimoir 1940 Repetición Minutos Carillón Tourbillon GMT, un exclusivo regulador de tourbillon y un excepcional mecanismo doble de repetición de minutos.

Finalmente, Bulgari, con un longevo pasado (132 años) que arranca en la boutique de Via dei Condotti en Roma durante los años de la Dolce Vita, es una de las firmas multimarca cuya tradición relojera se asienta con gran peso en Suiza. En 2011 es adquirida por el gigante del lujo LVMH, que se hace con el 51% del capital aunque su espíritu de orfebre sigue impregnado de manera individualista y en cierto modo autónomo los relojes más hermosos del mercado. Uno de sus modelos estrella de este año es Octo, una colección lanzada en 2012 que hoy se diversifica entre la alta complicación y las funciones básicas.