Bell & Ross pone una coraza al Vintage WW2 Military Tourbillon.

Como los relojes militares que combatían en la IGM, la caja del reloj se protege con una rejilla.

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La Primera Guerra Mundial cambió el mundo en muchos sentidos, incluso cambió el campo de batalla. Se estrenaron los primeros aviones de combate y los carros blindados y los relojes militares  tuvieron que proteger su frágil cristal mineral con una coraza para evitar que se rompiera durante los combates aéreos y terrestres. Bell & Ross rescata la armadura de antaño en su Vintage WW2 Military Tourbillon, pero lo hace no para proteger el cristal, que no es mineral sino de zafiro que es sólido y resistente, sino para reforzar el diseño y “contener las complejidades”. Otra diferencia es que mientras las rejillas de los relojes militares que combatieron en la contienda bélica dificultaban la legibilidad y la lectura de las horas, la opción de Bell & Ross no es ningún problema pues arropa todas las indicaciones con sus formas curvas y con ella aumenta su legibilidad pues la mirada se concentra en lo esencial: la lectura de las horas, minutos, indicador de reserva de marcha y de precisión, así como la admiración del tourbillon. Si se abre el protector mediante la bisagra, su  esfera se revela al completo.

En una edición limitada de 20 relojes, Vintage WW2 Military Tourbillon sigue al pie de la letra los principios fundacionales de Bell & Ross, es decir, la funcionalidad, la legibilidad, la precisión y la durabilidad. Como muchos de sus relojes se inspiran en el mundo militar, también tienen que ser sólidos, estancos y fiables. Además, Bell & Ross pisa fuerte en el ámbito de la Alta Relojería y desde 2007 demuestra que domina uno de las complicaciones estrella: el tourbillon.  Los dos primeros relojes con tourbillon pertenecían a la familia BR 01, los relojes con forma cuadrada que se inspiraban en los instrumentos de a bordo de los aviones, pero el tercero, el que desafía a la gravedad desde la esfera del  Vintage WW2 Military Tourbillon, se aloja en un reloj con forma redonda que  mide 45 mm y es de titanio polisatinado con acabado de PVD titanio.  El tourbillon se exhibe a las 6 horas en el interior de una jaula de oro rosa con el símbolo de la marca, el &, en el segundero.

El tercer reloj con tourbillon de Bell & Ross se equipa con un calibre de cuerda manual e  incorpora otras tres complicaciones: el indicador de precisión a las 3 horas, la indicación de las horas en formato regulador  a las 12 –tiene disociada las horas y los minutos pues las horas se indican en un contador, mientras que los minutos se marcan con una aguja central- y la reserva de marcha se deja ver a la altura de las 9 horas. Todas las indicaciones están dispuestas en cruz para facilitar la legibilidad y la funcionalidad, cualidades a las que también contribuyen el realce negro mate del contorno,  los contrastes de acabados, las superficies metálicas decoradas con Côtes de Genève y las agujas, cifras e índices dorados.

Este reloj pertenece a la familia Vintage por lo que mantiene vínculos con el pasado que evoca con la tapa que se inspira en la rejilla que protegía los relojes militares y con el color “cañón de fusil”, conseguido con el tratamiento PVD que recubre la superficie de titano. Pero  como este material es muy puntero, el reloj conecta también con el presente y el futuro. El acabado envejecido de la pulsera es otro de los toques vintage de este reloj.

Más información Bell & Ross

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