Con una camelia Chanel bordada en la esfera.

El impresionante legado de Coco Chanel alimenta la colección Mademoiselle Privé. Su impronta, sus gustos y  su universo más íntimo se descubren  a través de unas creaciones sensuales, invadidas por el aura mágica de la Alta Costura.

La maison francesa define esta línea como “el joyero que nos abre las puertas del universo más íntimo de Gabrielle Chanel y nos desvela los símbolos más preciados y los elementos de los que le gustaba rodearse”. Y la camelia es, sin duda, su flor favorita y, desde 1960, el emblema de la casa Chanel.

La camelia da nombre e inspira los dos nuevos relojes  Mademoiselle Privé Décor Camélia Brodé.  Los artesanos se enfrentaron a su obra como si fuera el más bello de los trajes de noche imaginados por el káiser de la moda, Karl Lagerfeld. Tejieron su esfera con hilos de oro, lentejuelas de oro blanco y amarillo, perlas  y un diamante en talla rosa. La Maison Lesage bordó literalmente la camelia sobre el fondo negro, el color que Coco Chanel impuso como símbolo de la elegancia femenina.

Una caja de oro amarillo iluminada con la luz de 60 diamantes  de 1 quilate arropan a la delicada flor, que multiplica su belleza con el brazalete de raso con hebilla ardillón cubierta con 80 diamantes de 0,48 quilates.

Un movimiento de cuarzo de alta precisión invita a las agujas de oro amarillo de 18 quilates a desfilar con estilo sobre la pasarela del tiempo.

Mademoiselle Privé Décor Camélia Brodé escribe un capítulo más en la historia de los relojes joya  de Chanel. La línea recapitula la maestría de los artesanos esmaltadores, grabadores, cinceladores y engastadores y es  el punto de encuentro más expresivo de la relojería y la alta joyería de la casa parisina.