¿Qué hacemos con Maisie?
No es la piel, ni las piernas, ni los ojos. Lo primero que envejece en cualquiera de nosotros es la inocencia
No es la piel, ni las piernas, ni los ojos. Lo primero que envejece en cualquiera de nosotros es la inocencia, esa cualidad infantil que nos hacía estar alejados de la concepción de lo malo o de las malas intenciones, lo contrario de la «experiencia» que nos hace desconfiados a casi todos cuando nos ponemos esa etiqueta de «adultos», cuando en nuestro carnet de identidad el año va pareciendo cada vez más lejano.
Maisie -Onata Aprile-, la niña de 6 años del título, aún la tiene. Aun mantiene esa cualidad que todos los que vayamos a verla hemos perdido. Esa inocencia a través de la cual veremos y nos enfrentaremos al divorcio de sus padres, una cantante -Julianne Moore- y un tratante de arte -Steve Coogan-. Todo un melodrama, basado en una novela de Henry James, dulcificado por la presencia de la pequeña Onata, un descubrimiento especial.
Recomendable para pasar una de esas tardes grises de este enero frío y lluvioso, a pesar de que nos miren raro si entramos con la mantita de ver dramas al cine, que sin ella no es lo mismo.