BMW i3, eléctrico y deportivo.
Fiel al estilo de la marca, pero aliados con la conciencia sostenible.
La historia de la electricidad data de Tales de Mileto hasta nuestros días. Así que hablar de sus aplicaciones a lo largo de todos estos años, sería enredarnos en interminables listados, de los que nosotros vamos a extraer las cuestiones de motor.
La electricidad aplicada al transporte, ha cambiado sus conceptos y sus formas. Y esto que podrían ser ideas innovadoras, ya se establecieron a finales del XIX, cuando se crearon las primeras baterías recargables destinadas a la tracción eléctrica.
Un testigo que se ha ido recogiendo desde entonces, hasta llegar a una nueva era de la movilidad, que han originado los ingenieros de BMW tras el lanzamiento del i3.
Diseño futurista con las clásicas formas de la casa alemana, para un coche muy green concept, puramente eléctrico y sin emisiones. Recargable a través de una toma de corriente doméstica normal, de la BMW i Wallbox, o en estaciones de recarga públicas. Con tecnología eDrive, y una potencia máxima de 170 CV, que le permite pasar de 0 a 100 en 7,2 segundos, y de 80 a 120 en 4,9 segundos, pudiendo alcanzar hasta los 150 km/h.
Tecnología alemana, y además un completísimo equipamiento de serie, con navegador profesional de indicación dinámica de la autonomía restante, conexiones USB y AUX, sistema de manos libres para hablar por teléfono, climatizador, y un sistema de control de la distancia de aparcamiento, con sensores en la parte posterior. Que justifican sobradamente sus 35.500 euros, que será su precio de venta a partir del próximo 14 de noviembre.
Una nueva experiencia eléctrica, volante en mano y sin ningún pero que valga.
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