Tiempo de pasiones compartidas entre Chopard y Zagato.

Karl-Friedrich Scheufele -co-Presidente de Chopard– y Andrea Zagato -propietario de la firma familiar que lleva su apellido- se conocieron en la Mille Miglia y su pasión compartida por el mundo del motor, las carreras y su historia, hizo que se entendieran hasta el punto de idear y poner en marcha un proyecto que se materializa no en un reloj sino en dos.

Se trata de dos modelos únicos, tanto como para que sólo existan en el mundo 500 relojes de cada uno de ellos, que aúnan lo más emblemático de Chopard y Zagato, lo mejor de su artesanía, su creatividad y su historia que no es otra que la de dos firmas unidas al automovilismo, en el caso de Zagato por motivos obvios -realizan carrocerías de diseño desde 1919- y en el de Chopard por el tiempo… el que llevan midiendo los segundos en sus cronógrafos carrera tras carrera en sus patrocinios.

Chopard puso el cronógrafo -como no podía ser de otro modo, su modelo Mille Miglia– y Zagato el rediseño, la nueva carrocería ¿el resultado? una edición limitada que propone a las boutique Chopard como destino, pues sólo en ellas podrás hacerte con uno… o al menos verlo.

Se trata de un cronógrafo automático con fecha y segundo uso horario en caja de acero de 42.5 mm; su versión más seductora es completamente negra y la más elegante, en oro rosa con una banda roja; y, a partir de ahí, todo un mundo de detalles: detalles como el botón de inicio y parada del cronógrafo combinado con el bisel y lacado en rojo o el pespunte del mismo tono en la correa, o como las tipografías, creadas para la ocasión en busca de un aire más deportivo.

Motor, carreras, velocidad, artesanía, historia, pasión… una colaboración de lujo contenida en un reloj en dos modelos: Mille Miglia Zagato… de Chopard.