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Desperados Waiting For The Train. El tejano Guy Clark toma el último tren con una maleta cargada de bonitas canciones. Vídeo, letra e información.

Según ha informado un portavoz de la familia, el cantante y compositor estadounidense Guy Clark ha fallecido en su casa de Nashville a los 74 años de edad tras una larga lucha contra el cáncer de pulmón.

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Ganador de un premio Grammy, miembro del Nashville Songwriter Hall Of Fame y laureado de honor por la Academia de Poetas de la Música Country entre otros muchos galardones, Guy Clark era un tipo muy querido en la ciudad de la música, Nashville, en donde contribuyó a crear y desarrollar algunos géneros, como el country progresivo o el llamado outlaw contry, el country de los forajidos. Pero sobre todo era muy apreciado por su carrera musical y por haber sido un grandísimo compositor de preciosas y emocionantes canciones.

Guy Clark nació en una polvorienta ciudad del oeste de Texas llamada Monahans el 6 de noviembre de 1941. Su familia vivía en un hotel con trece habitaciones propiedad de su abuela por el que solían pasar pilotos de bombarderos, conductores, trabajadores de los campos petrolíferos y algunos especuladores. Entre ellos, precisamente, un tipo llamado Jack Prigg,  que fue novio de su abuela y que se dedicaba a descubrir pozos de petróleo y que es el protagonista de una de las canciones más famosas de Guy Clark: “Desperados Waiting For A Train”. Cuando acabó la Segunda Guerra Mundial, el padre de Guy, el señor Clark, se trasladó con toda la familia a la ciudad costera de Rockport. Allí Guy empezó a jugar al fútbol (americano), que se le daba bastante bien, así como otros deportes como baloncesto o atletismo. Además era un tipo bastante listo que sacaba muy buenas notas y destacaba en todas las actividades que emprendía.

Después de varias aventuras, incluyendo un curso de supervivencia, escalada y senderismo en Puerto Rico, se trasladó a Houston en donde abrió un taller de reparación de guitarras. Para entonces ya la tocaba bastante bien y cantaba bastante mejor. Mientras actuaba en algunos míticos locales de la ciudad interpretando canciones populares del folk y el country, Guy Clark entabló relación con otros ilustres músicos y compositores, como Townes Van Zandt, Jerry Jeff Walker, Mickey Newbury y muchos otros. En esa también conoció a su primera esposa, la cantante folk Susan Spaw, con la que tuvo a su hijo Travis.

Tras separarse de Susan, Guy se trasladó a San Francisco y volvió a montar un taller de reparación de guitarras con su antiguo socio. Un año tan solo duró esa aventura porque de nuevo regresó a Houston y esta vez conoció a otra chica, una pintora llamada Susanna Talley, el amor de su vida. Juntos se trasladaron a Los Ángeles en donde Guy se puso a trabajar en una empresa que fabricaba dobros y los fines de semana los ocupaba tocando con una banda de bluegrass. En esa época empezó a publicar sus canciones en diversas editoriales. Como no lo hacía nada mal, firmó su primer contrato de edición con Sunbury Dunbar y se trasladó a Nashville.

A partir de ese momento empieza realmente su carrera musical y firma alguna de sus mejores canciones, como la anteriormente mencionada o “L.A. Freeway” o “That Old Time Feeling”. En 1975 edita con RCA su álbum de debut “Old No.1”, que es aclamado por la crítica, en el que se incluyen algunos de sus clásicos como “Rita Ballou”, “Let Him Roll”, “Texas 1947” o “She Ain´t Going Nowhere”.

Durante más de cuarenta años, Guy Clark convirtió su casa en un lugar de reunión para compositores, cantantes, artistas y otros personajes y todos los que por allí pasaban se quedaban admirando la maestría del anfitrión para escribir canciones memorables. A lo largo de su larga y extraordinaria carrera, Guy abrió camino para muchos artistas y trovadores originales e innovadores, incluyendo sus buenos amigos Steve Earle, Emmylou Harris, Rodney Crowell, Lyle Lovett, Shawn Camp, Jim McGuire, Joe Ely, Verlon Thompson o Vince Gill.

En 2012, su amada Susanna murió también por las complicaciones derivadas de un cáncer de pulmón, lo que le supuso un duro golpe. Recientemente, Guy Clark tuvo que suspender una gira y parar la grabación de un nuevo disco debido a problemas de salud. Ya no se recuperó de ellos.

Descanse en paz Guy Clark. Tal vez nunca haya sido una estrella mediática y pocos hablarán de él ahora con motivo de su muerte. Como dice Oscar Avendaño, guitarrista de Siniestro Total, “no tenía glamour… sólo canciones maravillosas”. Es cierto.

 

And I played the Red River Valley
And he’d sit in the kitchen and cry
Run his fingers through seventy years of livin’
And wonder, «Lord, has every well I’ve drilled gone dry?»
We was friends, me and this old man
Was like desperados waitin’ for a train
Like desperados waitin’ for a train

Well, he’s a drifter and a driller of oil wells
And an old school man of the world
He taught me how to drive his car when he was too drunk to
And he’d wink and give me money for the girls
And our lives was like some old western movie
Like desperados waitin’ for a train
Like desperados waitin’ for a train

From the time that I could walk, he’d take me with him
To a bar called the Green Frog Cafe
And there was old men with beer guts and dominoes
Lying ‘bout their lives while they played
And I was just a kid, but they all called me «sidekick»
Was like desperados waitin’ for a train
Like desperados waitin’ for a train

And one day I looked up and he’s pushin’ eighty
And has brown tobacco stains all down his chin
Well, to me, he’s one of the heroes of this country
So why’s he all dressed up like them old men
Drinkin’ beer and playin’ Moon and Forty-two
Just like a desperado waitin’ for a train
Like a desperado waitin’ for a train

And then the day before he died I went to see him
I was grown and he was almost gone
So we just closed our eyes and dreamed us up a kitchen
And sang another verse to that old song
Come on, Jack, that son-of-a-bitch is comin’
We’re desperados waitin’ for a train
Was like desperados waitin’ for a train
Like desperados waitin’ for a train
Like desperados waitin’ for a train.

The Music

Buenas canciones que te sacudan la monotonía. Algunas ya las habrás oído, otras serán nuevas. Ójala que con todas toquemos tu corazón.

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