The Rockstar Whiskybar.

Hay muebles de salón que marcan la diferencia. Entre tú y el resto.

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Cuando John Lenon entró en la casa de Elvis en Bel Air, allá por 1965, seguido por el resto de The Beatles, se lo encontró tocando el bajo en sofá y le espetó una serie de preguntas a su mito sobre las películas que hacía el Rey del Rock por aquella época. Elvis se rió. Unas guitarras para todos convertirían el momento en una improvisada jam session de la que sabemos por los testigos y los testimonio porque no existe grabación alguna. Ni imágenes, porque ante aquel encuentro los Beatles pusieron sus condiciones: nada de prensa, ni de fotógrafos, nada de grabaciones.

Hay una imagen que acompaña siempre a este relato, un salón clásico de grandes y gruesos cortinajes rojos, una espantosa lámpara y un largo sofá blanco en el que un Elvis recostado toca el bajo vestido con camisa y botines de tacón negros, una chaqueta de amarillo palo y unos pantalones color lila. Cuando uno piensa en las estrellas de Rock siempre se los imagina vestido de negro, en un camerino rodeado de gente, con un perchero lleno de plumas, abrigos, vestidos, fulares al fondo, chicas ligeras de ropa, espejos rodeados de bombillas y botellas de whisky y vasos a medio consumir por todas partes. Y seguro que los viejos rockeros vivieron entre estas escenas porque a buen seguro ésta nos las habremos sacado de los recuerdos de las imágenes que habremos visto sobre ellos a lo largo de la vida.

Dentro de ese imaginario, en la imagen de ese Elvis que espera a los Beatles falta en el lugar de la espantosa lámpara del fondo, un mueble bar repleto, con todas las bebidas alcohólicas posibles, sus vasos y una importante cubitera de hielo. Y si te la imaginas, no puede ser muy diferente ni muy distinta del Wishky bar The Rockstar de Buster +Punch. Aunque ésta es una pieza única, hecha a mano en Reino Unido. Todos los detalles, los elementos del diseño, evocan momentos como estos, la madera negra de nogal americano o el fresno oscurecido, la seda o el cuero del fondo acolchado, la bombilla interior lateral dentro de una jaulita, el estilo de aparador de frente abierto, los acabados con botones que se aprietan con una púa y bisagras de latón, el espacio para dieciséis vasos y el específico de botellas en el que caben hasta doce de la altura de una botella de Champagne. El frontal abierto convierte el mueble bar en un magnífico expositor decorativo, aunque su parte superior se abre con dos tapas móviles para acceder cómodamente a las botellas. Mide 1’45m x 0’5m y tiene una altura de 1’10m. Buster +Punch los fabrica por encargo en unas 6-8 semanas y según las opciones puede costar entre 3.525 y 3.880 euros.

Y este precio para una rockstar de verdad entendemos no es mucho, pero sin duda es una marca de identidad con una fuerte personalidad en la decoración. No hubiera sido lo mismo aquella tensión primera entre John y Elvis si se lo hubieran encontrado preparando unas copas frente al wishky bar. Ni sería la misma la imagen de ese salón. Pero Elvis no era, digamos, un gran bebedor.

Más información Buster & Punch

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Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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