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cerrarLe Petit Salon.
La exclusividad llega de la mano del protocolo empleado únicamente en este local de aires parisinos...
En el sureste francés, una pequeña parte del litoral mediterráneo alberga los sueños de la alta socialité. Cannes, Mónaco o Saint Tropez son los grandes inversores de uno de los grandes centros mundiales del turismo aristocrático desde el siglo XIX. Por supuesto que Stéphen Liégeard no sería capaz de imaginar hasta qué punto su poética Côte d’Azur se convertiría en un auténtico paraíso para derrochadores, atrevidos, sofisticados, cinéfilos y amantes de la Fórmula 1.
Pero lejos de la costa, cuando el tumulto y el glamour desaparecen poco a poco con sus ansias de poder y descaro, la Costa Azul deja entrever de manera vergonzosa alguno de sus grandes tesoros. Marsella esconde hermosas calas perdidas donde disfrutar del sol durante los meses de verano y broncear nuestra piel. Para los soñadores como yo a los que les pilla lejos este espectacular panorama, Le Petit Salon nos acerca un poquito a la elegancia y la naturalidad del fabuloso litoral francés con su bronceado Costa Azul.
La exclusividad llega de la mano del protocolo empleado únicamente en este local de aires parisinos, que parte de un peeling pulidor a base de polvo de Avena y enriquecido con Vitamina C y Hiedra, limpiando nuestra piel de impurezas y permitiendo que el autobronceador penetre de manera uniforme. A continuación, diagnóstico cromático del fototipo de la piel permitirá que una personalización del tono que nos aportará un color natural. Esta receta perfecta cuenta con una serie de extras, y es que la base que se emplea para la fórmula es DHA, una molécula enriquecida con extracto de Caviar y Colágeno que mejora la textura de la piel.
Un efecto sutil, favorecedor y elegante que te transportará hasta los mejores rincones de la costa de moda… Bienvenidos a Saint Tropez.