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cerrarLa puerta del Sahara.
Culturas diferentes, horizontes lejanos recuperan todo el esplendor y la magia de la mano de Sandra Figuerola y sus Glaoui.
Entre el Mar Rojo y el Océano Atlántico, hacia el sur del Alto Atlas, se extienden las imponentes dunas anaranjadas del Sahara donde hombres de profundos ojos negros, ataviados con turbantes y sables, cabalgaron en hermosos corceles árabes hasta la ciudad de Tombuctú, la puerta del desierto. Lujosas jaimas, bellas princesas, oasis de ensueño, leyendas, misterio, nobleza y romanticismo han ido escribiendo la historia de un pueblo que supo dominar las rutas del oro y sal y las tormentas de arena. El pueblo Tuareg, los reyes del desierto.
Evocando el espíritu nómada y libre de la cultura tuareg, Gandia Blasco lanza dos nuevos conceptos en diseño de interiores. Por un lado, los espacios Gan –módulos multiusos, cojines, fundas modulares, muebles auxiliares, pufs y contenedores se conjugan de manera exquisita creando ambientes únicos y cálidos que despiertan nuestro lado más aventurero y nos invitan a descubrir paraísos lejanos–y por otro, las Gan-rugs.
Culturas diferentes, horizontes lejanos recuperan todo el esplendor y la magia de la mano de Sandra Figuerola y sus Glaoui, las alfombras tradicionales de origen marroquí realizadas con fibras de lana virgen y tintes naturales. Alexandra y Tombuctú son las últimas creaciones de esta prestigiosa diseñadora que logra combinar las tres técnicas milenarias empleadas por las mujeres nómadas: la telar, la del nudo y los bordados. En colores neutros y cálidos o vivos y alegres propios de las tierras del Atlas, cualquiera de los diseños de esta nueva colección evocan la hospitalidad, la calidez y el magnetismo de una cultura ancestral.