Gastón y Daniela, de nuevo con Lorenzo Castillo.

Porque las segundas partes, en ocasiones, sí son buenas... Gastón y Daniela y Lorenzo Castillo.

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Hace ya dos años que Lorenzo Castillo y Gastón y Daniela protagonizaron un encuentro, que en loff.it llamamos natural, por lo que de lógica parecía guardar en su interior; lo consideramos un encuentro inevitable porque Madrid no es tan grande como lo pintan y, viviendo tanto el diseñador como la clásica firma de interiorismo, en esta bella ciudad, el cruce de caminos era sólo cuestión de tiempo.

La buena experiencia primera ha hecho que el encuentro se repita y hoy también os lo contamos porque las propuestas que nacen de las ideas de Lorenzo Castillo y las telas de Gastón y Daniela no pueden gustarnos más.

Hablamos de un interior de tinte clásico, empaque que otorga Gastón y Daniela, una firma centenaria, con tintes de vanguardia trazados por la creatividad de Lorenzo Castillo, un interiorista de primer nivel.

En esta nueva colaboración, Lorenzo se aleja del verde que protagonizaba la colección anterior y se adentra en un mundo de tostados y azules con matices en blanco o gris en el que no faltan los dibujos geométricos, ellos son los que ponen el contrapunto con las líneas más clásicas y convierten esta propuesta en un interior de lo más actual y acogedor, único.

Suele decirse que segundas partes nunca fueron buenas y, si nos remitimos al cine, seguro que salta en nuestro cabeza más de un ejemplo, pero buena muestra de que toda regla tiene sus excepciones es esta colección de Lorenzo Castillo para Gastón y Daniela, una propuesta para vestir el hogar que enlaza de modo casi perfecto con la que fuera la primera colaboración entre ambos y que pinta nuestro hogar en tonos acogedores, delicados y elegantes.

Si buscas renovar el tejido de tu salón, cambiar el sofá o tapizarlo de nuevo, renovar cortinas o incluso si te seduce el papel pintado, pásate por Gastón y Daniela y pregunta por la colección de Lorenzo Castillo, no podrás negarte su belleza.

Vivir

Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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