El jardín de las maravillas.

Una “caja de recortes” en la que podréis encontrar desde tocados a vestidos, pasando por cinturones o incluso tulipas para lámparas.

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La pequeña Matilde tenía una caja de cartón forrada con miles de recortes distintos. La guardaba en su habitación, entre el armario y la pared, para que nadie pudiera encontrarla. Matilde tenía los ojos verde esmeralda, la cara salpicada de pecas y era más lista de lo normal, decían los mayores cuando creían que Matilde no les escuchaba.

Le gustaba llevar un calcetín de cada color y ponerse su reloj Tic-Tac en la muñeca contraria. Los domingos después de comer, Matilde se encerraba en su cuarto y juntaba en un montón todas las revistas que había ido guardando durante la semana. Entonces, cogía en su mano izquierda –Matilde era zurda, de las de verdad- sus tijeras amarillas con forma de mariposa y se ponía a recortar todo lo que llamaba su atención. Todo cabía en su caja y todo era una buena excusa para crear una nueva historia y jugar en esos mundos renacentistas de otros siglos que tanto le gustaban y en los que imaginaba ser la dueña del Cuarto de las Maravillas más grande jamás visto por los Da Vincis, Maquiavelos y señores Shakespeares del momento.

Y así, como un baúl desastre lleno de curiosidad y obras fascinantes, ideó Cristina Vázquez El Gabinete de las Maravillas, su particular “caja de recortes” en la que podréis encontrar desde tocados a vestidos, pasando por cinturones o incluso tulipas para lámparas. Dentro de sus propuestas para esta primavera-verano, la firma nos propone cinturones en los que los protagonistas son gatos y lobos, y collares dignos de la mismísima Mrs. Lana del Rey.

Mientras decidís cuál es vuestro complemento perfecto de El Gabiente de las Maravillas (el nuestro –sin duda- el collar de rosas), os dejo con el Born to Die de la neoyorquina.

El Gabinete de las Maravillas

Vivir

Pequeños caprichos que ponen un toque de confort en nuestra rutina. Objetos de mesa o decoración que nos hacen sonreír de puro placer estético y sin los que ya no podríamos estar.

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