6 chimeneas para cuando el frío no sea sólo del ambiente.

Dicen que la soledad no elegida acecha en otoño. Las tardes grises son las que despiertan ese eco interno y a veces lo hacen insoportable. Cuentan que hay personas que encienden un fuego en su chimenea y miran las llamas arder, tratando de quemar los recuerdos que atacan. Suplican que las lágrimas se evaporen a su calor.

Dicen que, a veces, el calor de la lumbre se siente como abrazo. Que el sofá y la mantita hacen mucho por curar almas en pena, pero que no hay nada como sentir esa calidez de la estufa a leña, que envuelve.

Dicen que si te sientas frente al fuego del hogar, mucho tiempo, y meditas y logras disolver ese nudo que te lastima, brotan los “¡basta, hasta aquí!” que necesitas decirte. Y, hay veces, que dan una sabiduría tan grande que, minuto a minuto, las brasas aclaran la mente.

También dicen que los braseros, a veces, provocan besos de pasión, de esos que despiertan almas y sacuden miedos. Y que así es como se escriben las historias. Algunas se borran, es verdad, pero otras, simplemente se hacen más grandes.

Dicen que si haces la travesura de subirte a los hombros de la nostalgia, llegas a los campamentos de tu infancia. Y que ése es un buen momento para calentar unas nubes a las llamas de un hogar. Y mientras ese aroma invade el ambiente, vuelven a surgir esas anécdotas fantásticas. Recomiendan, también tener cerca amigos, hijos o nietos para que te escuchen y enriquezcas las tuyas con las de ellos. Esto, dicen, también funciona si tuestas unas castañas para acompañar la taza calentita de café (o té).

Dicen que las chimeneas son mágicas. Que quien posee una tiene algo sublime que cambia el ambiente. Que hay cierto hechizo en encender el fuego y calentar la casa.

Y dicen que tienes que elegir una que te guste mucho, porque gracias a ella vas a vivir momentos que te marcarán por siempre. Así que… si lo dicen por algo será y por eso mismo, aquí te traemos nuestra selección de hogares, chimeneas y estufas para cuando el frío ataque y el calor del fuego se haga necesario.