Campaña de primavera y verano 2016: Sasha Povovarova, Natalia Vodianova y Yasmin Wijndaldum visten de Prada. Una primavera sofisticada y sensual para la mujer.

La casa Prada fue fundada por Mario Prada en 1913. Originariamente se dedicaba a la fabricación de baúles, maletas y zapatos, con una clientela internacional, pero cuando estos productos en piel de morsa se hicieron demasiado pesados para los viajeros concentró su actividad en el diseño de exquisitas maletas y bolsos de viaje. La etapa más decisiva para la compañía llegó con la incorporación de Miuccia Prada, nieta del fundador, en 1978. En ese momento se centró en las coleciones prêt-à-porter, con prendas de elegancia sobria, líneas limpias y colores básicos pero siempre con telas lujosas y materiales de alta calidad. Desde la incorporación de Miuccia la marca ha sido siempre un sinónimo de distinción, ultra-chic, basado en su exclusividad y la calidad de sus productos, y ha conseguido mantenerse siempre en primer plano de la moda internacional con su distinción y sello propio.

Este avance de la colección primavera verano 2016 está protagonizado por las modelos Sasha Povovarova, Natalia Vodianova y Yasmin Wijndaldum. Todas bajo el objetivo experto de Steven Meisel; este fotógrafo estadounidense, que se hizo conocido para su trabajo para la revista Vogue en las ediciones italiana y estadounidense y por las fotografías que realizó en 1992 para Madonna publicadas en el libro Sex, es considerado uno de los fotógrafos más exitosos dentro de la industria de la moda.

La mujer de Prada huye del sexy más evidente, se centra en potenciar la personalidad de una mujer que se siente cómoda y segura, y siempre muy sofisticada. Chaquetas muy estructuradas, faldas por la rodilla, una ejecutiva sofisticada y atrevida, un poco extravagante quizá, con boleros de bolillos y mezclas de telas y encajes. Bajo las chaquetas se entrevén faldas semitransparentes: la finalidad es potenciar el lado más sensual de una mujer, las piernas. Mezcla de texturas, lanas, paillettes, organza y cuero que nadie como Muiccia sabe combinar. Ropa cómoda y sensual.

Los accesorios merecen un punto y aparte, por algo son tan deseados: zapatos de tacón (un tacón equilibrado, para caminar, para trabajar, para lucir) o planos, con puntera estrecha, con pulseras al tobillo, de colores básicos combinados con piel metalizada (plata y oro) y bolas brillantes como decoración y bolsos de mano cuadrados, estructurados, con mezclas de pieles y colores: piel de serpiente y asa roja, estampados de rayas en colores básicos, cadenas metalizadas… Todo para un outfit completo de la mujer que sueña Muiccia.