Shangri-la. El edén de Dsquared2.

Shangri-la, la utopía tibetana, el hermoso paraíso escondido descrito por James Hilton en su célebre novela Horizontes perdidos es el escenario elegido por Dean y Dan Caten para presentar una colección masculina que marcará tendencia durante la próxima primavera. Con su estética rebelde y desenfada, evocadora del Hollywood de los 50, los héroes Dsquared2 aterrizan, tras un accidente aéreo, en este legendario enclave de arenas doradas y vegetación exuberante con una sola misión: desvelar los secretos de esta nueva aventura tropical.

En este idílico paraíso terrenal el nuevo hombre Dsquared2 improvisa vestuario con los “restos” del accidente creando una imagen joven, arriesgada y al margen de los dictámenes del resto. Caqui y verde caza mezclados con vaqueros desgastados adornados con detalles de rafia o resinas o bambú constituyen la nota dominante. Aunque tampoco faltan llamativos acordes de color en rojo ardiente, azul eléctrico, coral, pistacho o burdeos, sin olvidar el eterno negro ni los blancos impecables. Vuelven los pantalones anchos de tiro bajo y perneras cortas (a media pantorrilla), los tejidos arrugados, ligeros y fluidos, las chaquetas de doble botonadura ajustadas al cuerpo y las botas biker.Pero en Shangri-La también hay espacio para elegancia: trajes de corte impecable, corbatas y pajaritas.

Mientras Elvis y Roy Orbison marcan el ritmo, las chaquetas de cuero hacen su aparición estelar en un estudiado guiño a Marlon Brando y su “Salvaje” look motero: mítica Schott Perfecto, gorra de plato y botas militares. Combinado con estampados tribales y pieles, el cuero es el protagonista indiscutible de la temporada –ya sea en blanco y negro o a todo color– junto con el otro gran complemento indispensable: las gafas de pasta negra.

Finalmente, la línea de baño se centra en los motivos étnicos, los estampados tropicales y las prendas minimal con complementos sugerentes nada convencionales.